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La arremetida del ex nuncio contra el Papa representa “uno de los ataques más agresivos que ha habido” en contra de Jorge Bergoglio, señala un experto vaticanista. El detractor es descrito como un “soldado del ala conservadora” y su ataque también alude a Chile, porque acusa al Papa de “proteger” a los cuestionados cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati.
«No diré una palabra sobre esto”. Esa fue la respuesta del Papa Francisco tras el duro golpe interno recibido desde las filas de la misma Iglesia. Su detractor es nada menos que un ex alto funcionario del Vaticano en Washington, el arzobispo Carlo Maria Vigano, quien aseguró en una carta que Jorge Bergoglio encubrió un caso de abuso sexual en Estados Unidos.
Se trata de “uno de los ataques más agresivos que ha habido contra el Papa”, según señala el vaticanista Austen Ivereigh, al describir esta embestida que proviene de las filas del sector más tradicionalista del clero.
En el diario argentino Clarín señalan que Vigano es un “soldado del ala conservadora que combate al argentino, es un lanzador serial de acusaciones sin pruebas» y según Ivereigh, “el objetivo de esta carta es poner presión para que el Papa renuncie».
«La carta fue confeccionada y construida para eso. Y algunos simpatizantes de inmediato salieron a pedir la renuncia del Papa. Eso demuestra un objetivo claro, pero que no ha tenido éxito”, señaló el biógrafo a La Segunda.
En su escrito de once páginas, Vigano aseguró que el Papa sabía hace tiempo de las graves acusaciones de abuso sexual a menores de edad contra el ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick, quien renunció hace poco, y sin embargo lo protegió.
El escrito fue publicado, entre otros, por el diario conservador católico «National Catholic Register». Vigano fue nuncio en Washington entre 2011 y 2016.
Además, la acusación salpica a Chile, porque Vigano cuestiona directamente al Papa de “proteger” a los cardenales Francisco Javier Errázuriz y a Ricardo Ezzati. “El Papa defiende a ultranza a su hombre, el cardenal (hondureño Oscar) Rodríguez Maradiaga, como había hecho en Chile con el obispo Juan Barros, que él mismo había nombrado obispo de Osorno, en contra de la opinión de los obispos chilenos”.
Vigano añade que Bergoglio “cuando se vio obligado debido al clamor de los medios de comunicación y a la revuelta de las víctimas y los fieles chilenos, reconoció su error y pidió perdón, aunque afirmando que había sido mal informado, provocando así una situación desastrosa en la Iglesia del país, pero protegiendo aún a dos cardenales chilenos, Errázuriz y Ezzati”.
Tras las acusaciones que hizo el arzobispo Carlo Maria Vigano, el Papa optó por la cautela: «Leí el comunicado esta mañana. Para decirlo abiertamente: deberían leer el comunicado cuidadosamente y sacar sus propias conclusiones», dijo en una conferencia de prensa en su viaje de vuelta de Irlanda, donde aseguró que los escándalos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero son «una herida abierta» que tiene que ser tratada con acciones «firmes y decididas».
Sin embargo, desde la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico en Argentina sostuvieron que las acusaciones son verosímiles. «No nos sorprende en absoluto. Cuando fue cardenal, él supo de muchas víctimas y de muchos curas abusadores que fueron denunciados por abuso», dijo Julieta Añasco, vocera de la entidad.
«Él nunca quiso entrevistarse con ninguna de las víctimas, nunca contestó ninguna carta, ningún llamado y, sobre todo, que el papa Francisco sabe bien quiénes son los curas denunciados por abuso», señaló la activista, según informa Radio Cooperativa.
Revise la carta de Carlo Maria Vigano acá
