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Participación histórica en plena pandemia y el gesto de Pablo Iglesias: las lecciones que analistas chilenos sacan de los comicios de Madrid MUNDO Crédito: EFE

Participación histórica en plena pandemia y el gesto de Pablo Iglesias: las lecciones que analistas chilenos sacan de los comicios de Madrid

Pese al coronavirus y en un día laboral, las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid tuvieron una participación por sobre el 76%, 11 puntos más que la registrada en 2019, y por encima del récord de 1995, cuando llegó a 70,3%. La concurrencia rompió los pronósticos, y el dato no es menor, considerando que Chile afrontará una megaelección los próximos 15 y 16 de mayo. “Cuando hay proyectos en juego y buenos candidatos, la gente vota igual”, destacó en Twitter el analista político Axel Callís, de Tú Influyes. El triunfo inobjetable fue para el conservador Partido Popular (PP), de Isabel Díaz Ayuso, que se quedó con 65 escaños, sumando más sillas que los tres partidos de izquierdas juntos, lo que gatilló el retiro de la vida política de Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos. Su gesto también fue comentario obligado por los analistas en Chile. “Esto no es algo que se estile mucho por estos lares”, dijo el académico de la UDP Claudio Fuentes, mientras Marta Lagos recomendó que “contratemos a Pablo Iglesias para que venga a enseñarles a los políticos chilenos que han perdido elecciones en la última década y no han renunciado a sus cargos, dejando de producir tiraje de la chimenea, y produciendo desafección por la política”.


Más allá de la debacle de la izquierda en Madrid, que gatilló una renuncia a la vida política de Pablo Iglesias tras el abrumador triunfo de los conservadores del Partido Popular, las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid dejaron otro dato clave: el aumento de la participación en unos comicios celebrados en plena pandemia y sobre todo en un día laboral.

“En plena pandemia, con voto voluntario y día laboral, en elecciones de Madrid se dispara participación por encima del 75%, 11 puntos más que en 2019. Nada que hacer, cuando hay proyectos en juego y buenos candidatos, la gente vota igual”, destacó en Twitter el analista político Axel Callís, de Tú Influyes.

El dato no es menor, considerando que Chile afrontará una megaelección los próximos 15 y 16 de mayo, días en que los ciudadanos concurrirán a las urnas para elegir a sus convencionales constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales.

“Cuando hay competencia y hay que algo que ganar o perder, la gente va a votar. Claro, también hay campaña, información, y mayor nivel de educación. Aquí en Chile, con voto voluntario, los que más dejaron de votar son los que tienen menos educación”, acotaba a tu vez Marta Lagos, la fundadora de Latinobarómetro.

En cuanto a datos duros, El País de España destacaba que “la afluencia a las urnas se ha disparado hasta el 76,19%, con el 97,57% del voto escrutado. Esa cifra supera en más de 11 puntos la registrada en 2019, cuando alcanzó el 64,2%, y se eleva también por encima de la contabilizada en 1995, cuando marcó su tope (70,3%)”. La concurrencia rompió los pronósticos, porque una encuesta previa de Metroscopia estimaba una participación se situaría entre el 66% y el 68%.

Según datos del Gobierno regional, a una hora del cierre oficial de los colegios electorales 3,3 millones de electores habían depositado su voto hasta ese momento, frente a los 2,7 de hace dos años. En total, 5,1 millones de personas estaban llamadas a sufragar en estas elecciones regionales, que se celebran en plena pandemia, con lo que se han tomado medidas de protección contra el coronavirus, y por primera vez en un día laboral, cuando lo habitual en España es votar los domingos.

Entre las medidas adoptadas para la jornada electoral, los colegios estuvieron abiertos desde las 9.00 y hasta las 20.00 y se recomendaba que los mayores de 65 años votaran de 10.00 a 12.00 y que las personas con síntomas o con la enfermedad activa lo hicieran durante la última hora: de 19.00 a 20.00. El votante debía acudir solo al centro de votación, salvo en caso de que se necesitase asistencia, y era obligatorio el uso de mascarilla, reseña El País.

Fue una jornada que ha transcurrido con «absoluta normalidad”, destacó el consejero de Justicia, Interior y Víctimas de la Comunidad de Madrid, Enrique López, quien subrayó además el «alto grado de paciencia y responsabilidad» de los electores.

El triunfo de la derecha

Durante todo el día se vio grandes filas de personas esperando pacientemente para poder emitir su voto,  tras una dura campaña electoral, en la que se ha visto una gran polarización entre los dos bloques políticos, el de la derecha y el de la izquierda.

Finalmente, el triunfo inobjetable fue para el conservador Partido Popular (PP), de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso,  que se quedó con  65 escaños, con el 99,93 % de los votos escrutados, sumando más sillas que los tres partidos de izquierdas juntos.

Ayuso  enfrentó una campaña electoral basada en su gestión de la pandemia del coronavirus, con medidas mucho más permisivas que el resto de las regiones españolas. “No eran sólo los bares: los madrileños no soportan más la pandemia y Ayuso les ha dado lo que quieren”, resumió El Diario.es.

Los socialistas retrocedieron hasta los 24 escaños, registrando el peor resultado de su historia en la región, mientras los otros dos grupos a la izquierda del PSOE (Más Madrid y Unidas Podemos, la formación de Pablo Iglesias), obtuvieron 24 y 10 diputados respectivamente.

En tanto, el ultraderechista Vox conseguía 13, uno más que en los anteriores comicios en una región que es el motor económico del país y la tercera con mayor población, unos 6,7 millones de habitantes. Sin embargo, los liberales de Ciudadanos se quedaron sin representación, al no llegar al 5 % de los votos necesarios para tener representación en el Parlamento regional, frente a los 26 diputados que obtuvieron en 2019.

El PP más que duplicó el resultado de 2019, cuando consiguió 30 escaños, asestándole una derrota a la izquierda que derivó en la renuncia a la política del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. «Cuando uno deja de ser útil tiene que saber retirarse. Seguiré comprometido con mi país, pero no voy a ser un tapón para la renovación de liderazgos», dijo, añadiendo que “los resultados, el éxito electoral de la derecha trumpista que representan Ayuso y la ultraderecha es una tragedia”.

El PP ha gobernado la región de la capital durante los últimos 26 años y la contundente victoria probablemente lo impulsaría a nivel nacional. En el Congreso de los Diputados, el PP es el segundo partido con mayor peso después de los socialistas, que gobiernan en coalición con Unidos Podemos.

El gesto de Iglesias también fue comentario obligado por los analistas en Chile. El académico de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, señaló que “retirarse de la política cuando se pierde no es algo que se estile mucho por estos lares”.

“Pablo Iglesias dimite de todos sus cargos en Podemos y en la política, a partir del desastre en Madrid. Acción que en Chile no existe… acá los responsables de los desastres electorales salen a explicar resultados. Lo verán en 16 de mayo en la noche por docenas”, pronosticó Axel Callís.

Por su parte, Marta Lagos recomendó que “contratemos a Pablo Iglesias para que venga a enseñarles a los políticos chilenos que han perdido elecciones en la última década y no han renunciado a sus cargos, dejando de producir tiraje de la chimenea, y produciendo desafección por la política”.

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