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Por qué los talibanes ganaron terreno tan rápido en Afganistán MUNDO EPA

Por qué los talibanes ganaron terreno tan rápido en Afganistán

Desde que fueron derrocados del poder por una alianza liderada por EE.UU, los talibanes nunca habían tenido un momento militar tan bueno. ¿Cómo se explica?


La velocidad del avance talibán en Afganistán parece haber tomado a muchos por sorpresa. Las capitales regionales están cayendo como fichas de dominó.

El domingo ya se habían tomado las principales ciudades del país y entraron a la capital, Kabul. El presidente, Ashraf Ghani, abandonó el país para evitar, dijo, un «derramamiento de sangre».

La balanza está claramente a favor de los insurgentes, mientras que el gobierno afgano, producto de una alianza con Estados Unidos tras la invasión de 2001, lucha para proteger a sus funcionarios y evitar más violencia.

En algunas ciudades los talibanes han podido hacerse del poder sin resistencia de un gobierno que parece cada hora más débil.

¿Cómo se produjo este inédito impulso de las milicias talibanas?

Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han pasado la mayor parte de los últimos 20 años entrenando y equipando a las fuerzas de seguridad afganas.

Innumerables generales estadounidenses y británicos dijeron una y otra vez que crearon un ejército afgano poderoso y capaz. Promesas que hoy parecen bastante vacías.

¿Quién tiene más soldados?

El gobierno afgano debería seguir teniendo la ventaja. Su poder militar es, en teoría, mayor.

Las fuerzas de seguridad afganas cuentan, al menos sobre el papel, con más de 300.000 miembros. Esto incluye el ejército afgano, la fuerza aérea y la policía.

Sin embargo, Afganistán siempre ha tenido problemas para cumplir sus objetivos de reclutamiento militar.

El ejército y la policía afganos tienen un problemático historial de bajas, deserciones y corrupción, con algunos mandos sin escrúpulos que reclaman salarios de soldados que no existen: los llamados «soldados fantasmas».

En su último informe al Congreso de Estados Unidos, el Inspector General Especial para Afganistán expresó «su grave preocupación por los efectos corrosivos de la corrupción… y la dudosa exactitud de los datos sobre la dotación real de la fuerza».

Jack Watling, del Royal United Services Institute (RUSI), afirma que ni siquiera el ejército afgano sabe, ni ha sabido nunca, cuántos efectivos tiene.

Además, Watling dice que ha habido problemas con el mantenimiento del equipo militar y la moral de la tropa.

Es frecuente que los soldados sean enviados a zonas donde no tienen conexiones culturales o familiares, una de las razones por las que algunos pueden apresurarse a abandonar sus puestos incluso sin haber combatido.

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