La Unión Europea logró este martes dos importantes victorias judiciales contra los gigantes tecnológico Apple y Google, en batallas legales decididas por el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), la máxima corte del bloque.
Doble victoria para Bruselas. La justicia europea da la razón a la Comisión Europea y avala que Apple tendrá que pagar 13 mil millones de euros a Irlanda, por no pagar durante más de una década los impuestos requeridos.
Hace cuatro años, los jueces avalaron los argumentos de Apple y rechazaron que tuvieran que pagar, pero en un recurso, Bruselas se armó de argumentos legales que hoy le han dado la razón. La empresa tecnológica tendrá que pagar a Irlanda, un país con una mínima presión fiscal.
“El Tribunal de Justicia resuelve definitivamente el litigio y confirma la decisión de la Comisión Europea de 2016: Irlanda concedió a Apple una ayuda ilegal que dicho Estado debe recuperar”, indicó esa corte.
“Según las estimaciones de la Comisión [Europea, el brazo ejecutivo de la UE], Irlanda concedió ventajas fiscales ilegales a Apple por valor de 13 mil millones de euros”, agregó.
La Comisión había calculado en 2016 que Irlanda permitió a Apple pagar un impuesto del 1% de sus beneficios europeos en 2003, tasa que para 2014 se había reducido a 0,005%.
No es la única buena noticia para la UE, porque además el mismo tribunal de justicia también ha avalado que Google pague 2 mil 400 millones de euros de multa por abuso de posición dominante, tal y como pedía Bruselas. En concreto, por favorecer su propio servicio de comparación de productos (Google Shopping) frente a sus competidores.
Alphabet, casa matriz de Google, había presentado esa apelación por considerar que la Comisión estaba equivocada en sus análisis.
El TJUE desestimó la apelación y confirmó la multa por considerar que la empresa estadounidense “abusó de su posición dominante, al favorecer sus propios servicios de comparación de productos”.
Las dos decisiones son una enorme victoria para Margrethe Vestager, la comisaria europea de Competencia que en las próximas semanas dejará su cargo, al finalizar su mandato. Cierra así un legado, con un broche de oro, después de 10 años que han marcado la batalla de Bruselas contra las grandes tecnológicas.