Publicidad

Chile Forestal Subdesarrollado

Marcel Claude
Por : Marcel Claude Economista. Candidato presidencial.
Ver Más


El gran auge de las plantaciones y la preponderancia de la producción y exportación de celulosa son los pilares del desarrollo forestal chileno. Las primeras constituyen una parte significativa de la superficie cultivada en las regiones forestales. En la Séptima y Octava ocupan el 52 y el 53% de la superficie poblada con bosques naturales y exóticos.



La industria de la celulosa es a su vez, una de las más importantes del sector forestal. En los últimos años pasó de unas 700 mil toneladas en 1986 a cerca de dos millones en 1998, vale decir, aumentó en un 160%. El repunte más espectacular acontece en 1991, con el inicio de las plantas de Celulosa Arauco II en la comuna de Arauco, Pacífico en Collipulli y Santa Fe en Nacimiento, las que, sumadas a las ya existentes (Arauco I, Constitución, Laja y Licantén), duplicaron la producción.



Pero el desarrollo forestal no concita unanimidad y muchos tienen una pésima evaluación, lo cual impulsó a los líderes del sector a desarrollar una campaña comunicacional para mejorar su imagen pública. Una de las causas de su mala reputación es la magnitud de los impactos ambientales negativos. Las plantaciones, por ejemplo, cuando no atienden a los requerimientos de sustentabilidad, producen severos daños sobre el suelo debido a la erosión por tala de bosques y pérdida de nutrientes, así como la compactación de suelos por el tránsito de maquinaria pesada y camiones. Los procesos de eutroficación de los cursos de agua, la disminución de su calidad por el creciente uso de fertilizantes y herbicidas y el constante deterioro de los bosques nativos debido a la sustitución de especies nativas, son también consecuencias negativas atribuibles a la actividad forestal.



En cuanto a la celulosa, ésta produce pulpa y otros residuos industriales líquidos como sólidos en suspensión, sustancias orgánicas y compuestos órgano clorados responsables de las temidas dioxinas. En la última década hay un importante aumento de la contaminación por residuos líquidos, como el incremento de más de 225% de los compuestos órgano clorados, del 151% de las sustancias orgánicas y del 78% de los sólidos en suspensión. A estos se deben agregar los contaminantes atmosféricos que producen malos olores. Estos compuestos como el azufre, las emisiones de dióxido de sulfuro (SO2) y de nitratos (NOx), también han aumentado con la producción de celulosa. Las emisiones de SO2 y de NOx han tenido tasas de crecimiento en torno al 185%, mientras que las emisiones de azufre, aunque se han reducido en relación con cada tonelada producida, han aumentado alrededor del 92%.



A la querella contra la actividad forestal se agregan otras menos conocidas como la concentración de ingresos. En la Octava Región, aproximadamente un 70% de la superficie plantada está en manos de seis empresas forestales. En relación con las exportaciones, la información para 1999 cuenta que tan solo un 2,4% de las empresas forestales exportaban el 77% del total y que, los principales grupos económicos del sector, Arauco y Papelera (CMPC), han aumentado sus exportaciones totales. El grupo Arauco ha incrementado su participación desde un 30,5% en 1990 a un 31,4% en 1999 y la CMPC desde un 22,9% al 25,9% en el mismo periodo. En cuanto a la celulosa, las utilidades representaban en la década de los noventa más del 60% del ingreso global generado por esta actividad.



Los datos disponibles sobre pobreza indican que las regiones con grandes superficies de plantaciones de pino y eucalipto, como la Octava y Novena, son también aquellas que tienen las más altas tasas de pobreza rural: 40 y 37% respectivamente. Una de las grandezas atribuidas a la actividad forestal es su capacidad de generar empleo productivo y ser palanca de desarrollo para las regiones. Paradójicamente la Octava Región, que tiene la mayor concentración de plantaciones de pino radiata -más de 600 mil hectáreas- y que ha recibido la mayor cantidad de bonificaciones desde el Estado para inducir el desarrollo de las plantaciones, es también la que alberga mayor población bajo la línea de pobreza rural.



Más aún, en las comunas donde se despliega la actividad productiva de la celulosa, (Arauco, Constitución, Laja y Nacimiento), si consideramos los niveles de pobreza se observa que, entre 1994 y 1998, se han multiplicado en un promedio cercano al 30%. El crecimiento más importante lo experimentó la comuna de Constitución con un 69%, pasando del 29,6% al 49,9%. La comuna de Nacimiento creció en poco más del 26%, llevando la pobreza al 44% de la población. En ambas comunas las cifras son más de dos veces superiores a la tasa nacional. Las precarias condiciones sociales se reconocen también por el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, pues estas comunas se encuentran dentro de las peor calificadas: Arauco está en el lugar 155 y Nacimiento en la posición 176.



No todo crecimiento económico conduce al desarrollo y el modelo forestal en Chile así lo demuestra. Éste es insustentable, concentrador de ingresos y muy ineficaz para reducir la pobreza. Esto se debe a que modelos de crecimiento económico altamente depredadores, como los que se verifican en este país, no sólo producen bienes materiales malamente distribuidos, sino que además muchos males, tales como grandes volúmenes de basura, aguas servidas y dioxinas, los que también se distribuyen inequitativamente.



Por la vía del crecimiento depredador el único destino posible es el subdesarrollo. La alternativa es la transición hacia la sustentabilidad y esto significa, en cuanto al sector forestal, poner término a la sustitución de bosque natural, acabar con la exportación de astillas nativas, mejorar las remuneraciones del sector y hacer las inversiones necesarias para que el desarrollo de la celulosa no se haga a costa de otros sectores como el vitivinícola en la cuenca del río Itata.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias