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Hay que ser capaces y lograrlo

Las dificultades para la unidad, a mi juicio, son en todo caso más de forma que de fondo y responden prioritariamente a estilos dirigenciales en uno y otro partido.


Hace algunos días, por motivos propios de mis actividades como senador, estuve en Francia, país que hace muy poco tiempo realizó comicios presidenciales y parlamentarios en los que la centroderecha obtuvo un resonante triunfo.



Tuve ocasión entonces de escudriñar a fondo los motivos de ese triunfo: no hay duda alguna que se debió a la unidad del sector. En París me entrevisté con el flamante presidente del Senado galo y con el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la misma Corporación, ambos pertenecientes a la coalición de centroderecha que ahora constituye mayoría absoluta para el gobierno de Jacques Chirac.



En los encuentros pasamos revista a los factores que hicieron posible la unidad de la coalición triunfante, la que abarcó no solo a los partidos de centroderecha, sino a amplios sectores de independientes que no se sentían motivados por la acción partidaria pero fueron positivamente incentivados para participar con entusiasmo en el Movimiento por la Mayoría Presidencial, el frente unitario que logró el triunfo.



También analizamos con el encargado de relaciones internacionales del RPR -el partido del Presidente Chirac- analizamos las posibilidades de acercar el proceso unitario a Chile, especialmente en materias tales como organización de campañas electorales, gobiernos regionales y capacitación de jóvenes.



El ejemplo francés es digno de tomarse en cuenta, porque en Chile todos los estudios de opinión pública indican que Joaquín Lavín tiene la mejor opción para alcanzar el triunfo en los próximos comicios presidenciales. Pero como él mismo lo dijo en una reciente entrevista, existen problemas objetivos que dificultan el accionar y la unidad de los partidos que conforman la centroderecha, y su gobierno, de ser electo, necesitará de RN y la UDI, los independientes y sectores desencantados con la Concertación.



Estas dificultades para la unidad, a mi juicio, son en todo caso más de forma que de fondo y responden prioritariamente a estilos dirigenciales en uno y otro partido.



Pero como dice el título de este artículo, debemos ser capaces de superar las diferencias y lograr una verdadera unidad en la diversidad, que sea una expresión moderna, tolerante y aglutinante de todos quienes desean cambios de fondo en la conducción del país luego del fracaso de los sucesivos gobiernos de una Concertación que se maneja muy bien en términos comunicacionales, pero muy mal para resolver los problemas reales que enfrenta a diario la sociedad chilena.



Se nos presenta una oportunidad histórica para llegar al gobierno y obtener una mayoría parlamentaria, tal como ocurrió recientemente en Francia, pero eso no se logrará escondiendo los problemas que dificultan la unidad, sino enfrentándolos y resolviéndolos de manera responsable.



* Senador por la Quinta Región (Cordillera), partido Renovación Nacional.



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