Publicidad

El sistema binominal y la crisis de la Alianza


Uno de los más importantes argumentos que la derecha ha esgrimido a lo largo del tiempo en defensa del sistema binominal, se remite a la estabilidad política que proporcionaría éste, al promover la articulación de dos grandes coaliciones, pero manteniendo el multipartidismo tradicional de Chile. Sin embargo, el actual panorama político, con una Alianza por Chile naufragando en una crisis interna, ha puesto en tela de juicio dichas aseveraciones, en el sentido de que el sistema binominal, más que contribuir a la estabilidad política, podría estar fomentando la crisis de la derecha, lo que hace necesario revisar los argumentos planteados en este incesante debate, a la luz de los acontecimientos que han ocurrido en las últimas semanas en la carrera por llegar al parlamento.



No es mentira que el sistema binominal ha incentivado la conformación de dos grandes coaliciones políticas. Sin embargo, éste también ha reducido la incertidumbre de las elecciones al mínimo, a tal nivel que, mucho antes del día de votación, se presume a priori qué coaliciones serán las ganadoras, e incluso, se pueden hacer algunos cálculos sobre la cantidad aproximada de escaños que cada una ganará en el parlamento.



La consecuencia de este fenómeno ha sido que, en la práctica, la verdadera competencia por los votos al interior de cada distrito y circunscripción, se da no entre las coaliciones, sino entre los dos candidatos que se presentan por una misma lista, ya que probablemente sólo uno de ellos llegará al parlamento.
Es el caso, por ejemplo, de los candidatos a senador de la Alianza por Chile por Santiago Oriente, Pablo Longueira y Lily Pérez, quienes han apuntado sus dardos no tanto a la Concertación, sino más bien a su mismo compañero de lista, a tal nivel que hace sólo unos días, el primero acusaba a la candidata de RN de estar basando su campaña en su imagen física, más que en propuestas e ideas.



Si bien la competencia entre los candidatos de una misma lista es algo que se ha dado desde la primera elección parlamentaria en 1989, lo novedoso es que este fenómeno se presenta ahora dentro de un clima político totalmente inédito, con una Alianza por Chile que se encuentra en medio de una fuerte crisis, en donde la unidad entre la UDI y RN se hace cada vez más difusa.



De este modo, el sistema binominal podría estar contribuyendo a que la herida de la Alianza se abra cada vez más, al desincentivar la creación de espacios de cooperación mutua al interior de las listas, y fomentando así, eventualmente, una ruptura definitiva entre la UDI y una RN que cada vez apuesta de forma más explícita sus cartas hacia la DC. No deja de ser paradójico, por lo tanto, que el gran afectado ahora por el sistema binominal pueda llegar a ser su principal defensor histórico.



Obviamente, la Alianza por Chile aún se mantiene vigente y, por ejemplo, situaciones extraordinarias como la que ocurre en la X Región, en donde Andrés Allamand se presenta como candidato único de la derecha, dan a entender que todavía existe cooperación y un cierto entendimiento entre los dos partidos que conforman dicha coalición. Sin embargo, esto no es motivo para dejar de revisar el argumento acerca de la estabilidad política que promovería el sistema binominal, en el sentido de preguntarse qué tanto estaría fomentando la unidad interna de las coaliciones y su perdurabilidad en el tiempo.



______________________________________________________________





José Manuel Morán. Cientista Político, Pontificia Universidad Católica de Chile.


















  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias