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Nibaldo Mosciatti Moena, la partida de un héroe regionalista


Conocí a don Nibaldo sin conocerlo. Fue como estudiante novato de Periodismo en la Universidad Católica. Como delegado de curso me intrigó saber del origen de Nibaldo, el inteligente, vehemente y amable vicepresidente del Centro de Alumnos. Era «penquista, hijo del dueño de la radio Bío-Bío». Después vino la amistad con su hermano Ezio, que asumió labores estudiantiles en Arquitectura. Años duros, nos expulsan a Edmundo Urtubia y nos movilizamos. Luchamos por los derechos humanos, escribimos en revistas semicladestinas, protestamos en forma pacífica y los Mosciatti mostraron creatividad. Tanto que Ezio con un equipo de diseñadores realizó el famoso poster de que «hay tantas maneras de decir No» para el histórico plebiscito que abrió la senda democrática. Lo multiplicamos y lo repartíamos en Ochagavía o el Parque O´Higgins.



Fue Nibaldo quien me contó que una de las primeras radios fue en Lonquimay, zona Pehuenche y aislada. Ezio me confesó la pena enorme de su padre cuando supo del asesinato de su amigo el dirigente sindical de Lota, el Sr. Carrillo. También de las peripecias y sin sabores con la censura y los intendentes militares en Concepción, cuando la radio era pionera en apertura.



No lo conocí pero recuerdo su voz. Esa mañana fría en que andábamos con jóvenes del MAPU de la sede Rey Balduino de la Universidad Santa María en Talcahuano, anunciando movilizaciones, levantando plataformas y organizando convenciones estudiantiles. «Ya chiquillos, vengan a la radio», dijo amable al otro lado del auricular.



No lo conocí, pero le hice un homenaje en el libro «Alegato Histórico Regionalista», como ejemplo de un emprendedor establecido en provincia que, superando la queja, construía desde Concepción una red nacional de emisoras, con mucha noticia de «los territorios» en el país dominado por los vaivenes capitalinos.



No le gustaban los premios y se los merecía. Diego Benavente, coordinador de Los Federales, sugirió premiar a quienes se destacaban en la lucha por las regiones y en promover la identidad provinciana. Don Nibaldo fue elegido, junto a Alipio Vera, el periodista de Canal 13 que muestra con dignidad la vida en regiones. Don Nibaldo mandó a sus hijos, aquellas voces de Tomás y Nibaldo que escuchamos cotidianamente en la Radio que reivindica su «independencia» y la practica junto a sus periodistas «de verdad», con sentido crítico y amor por Chile, por todo Chile, donde la caída de un puente rural en un remoto camino de Arauco es noticia como los tacos en el barrio alto de Santiago, donde la muerte de un pirquinero de Curanilahue cobra protagonismo, las demandas de pescadores, o donde el líder de los contratistas de El Teniente tiene micrófono abierto al igual que el Ministro de Hacienda.



Ezio nos invitó hace algún tiempo a almorzar a un club italiano en Vicuña Mackena. Tomás fue el preguntador en un encuentro sobre educación, Nibaldo hijo nos llenó de orgullo a todos los provincianos como interpelador en un foro presidencial. Nelson Oteiza y tantos periodistas muestran los hechos y los comentan sin ataduras, sin la manipulación de poderes fácticos.



Es la herencia de don Nibaldo Mosciatti Moena en la pluralización de las voces. No sé por qué llegó a Concepción, pero sí sé por qué sus exequias se realizan en una Iglesia de la otra capital, Concepción, cerca de ese río del sur llamado Bío-Bío.



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Esteban Valenzuela Van Treek. Diputado por Rancagua. Chile Primero

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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