Publicidad

Cortador de cabellos en cuatro


Hace algunas semanas -con motivo del asesinato del cabo Cristián Vera-, se realizó un Te Deum evangélico en presencia de Michelle Bachelet, acto en el que se condenó «la violencia irracional«. Muy bien, porque el cabo Vera murió protegiéndonos, protegiendo a la ciudadanía, lo que hace aun más dolorosa e injustificable la agresión que terminó con su vida.



No obstante, servidor -que es cortador de cabellos en cuatro- se pregunta si existe alguna violencia «racional» que no convenga condenar por algún motivo que escapa a su sagacidad.



Por ejemplo, la que acabó con los diez muchachos que murieron en Puerto Montt quienes -hasta donde uno sabe- eran inocentes o al menos nunca fueron condenados y eran víctimas de alguna fragilidad que hacía necesario «protegerles«, eso pretende la ley bajo el imperio de la cual se les internó en el penal en que murieron de muerte horrenda (admitiendo que haya muertes dicharacheras), lo que hace aun más doloroso e injustificable el evitable incidente que terminó con sus vidas.



Yo doy por entendido que habrá un Te Deum en el cual Michelle Bachelet podrá repetir la frase para el bronce que pronunció cuando ocurrió lo del funcionario de carabineros: «Todos tenemos que ttrrabajar para que este país prospere en paz«, ya se sabe, el «estilo» de Michelle es «Estamos trabajando…», y habida cuenta de su reconocida capacidad de decisión en una de esas va y nombra una comisión para permitirnos pasar a otra cosa, por ejemplo la próxima catástrofe seguida de su correspondiente Te Deum.



Viera Gallo no. Quiero decir que Viera Gallo ni eso. Hablando de la «agenda» de seguridad que tuvo premura en anunciar después del asesinato del cabo Vera, el ministro precisó: «Algunas (medidas) son proyectos de ley (…) para impedir que actúen las bandas de narcotráfico y el crimen organizado«.



Servidor -que es cortador de cabellos en cuatro- se pregunta si hasta ahora se da por entendido que nada impide, legalmente, «que actúen las bandas de narcotráfico y el crimen organizado«, o si simplemente el «estilo» Viera Gallo es precisamente ése, «una ley para cada inepcia, a cada inepcia su ley«, lo que cuadra bastante bien con el inenarrable «estamos trabajando…», que de seguro pasará a la historia como un sucedáneo de la conjugación de la acción política en tiempo futuro, artilugio que le permite a cualquier mandatario echarle la culpa de todo a su sucesor.



De tal manera que si damos por sentado que las leyes, la transparencia y la fiscalización son las tres patas en las que reposa la convivencia nacional, habría que aprovechar el Te Deum para rogar que Viera Gallo anuncie leyes que «impidan que los muchachos mueran en los sitios establecidos para protegerles«, aumentando, si cabe, la transparencia, y mejorando, si fuese imaginable y posible, la fiscalización.



Así va la eficiencia de quienes luchan contra la «violencia irracional«, si hasta hubo un diputado que propuso realizar «operaciones rastrillo» en las poblaciones, debe tratarse de un diputado experto en rastrillos, no por nada representa una zona de fuerte actividad agrícola, los delincuentes pueden temblar, los narcotraficantes gemir, si no hubiese una ley que permita «rastrillar» las poblaciones el remedio está en las manos de quienes manejan la manija, ministros unos, parlamentarios los otros, uno nunca está mejor servido que cuando se sirve uno mismo, no sé si me entiendes.



Y por si todo esto fuese poco, los detentores del palito del emboque, quienes mangonean la cosa pública, han ido poniendo de moda el carácter ecuménico de las medidas que toman, el apoyo panorámico a su gestión, y para comenzar, el apoyo a la lucha contra la delincuencia, no solo el gobierno sino también Piñera y Lavín, Lavín y Piñera, hacen cola (¿junto al diputado «rastrillo»?) para sumarse a la cruzada anti patos malos, la patria está en peligro, Aux armes citoyens, formez vos bataillons!



Servidor -que es cortador de cabellos en cuatro- se pregunta si esta cruzada contra el mal incluye los delitos financieros, la manipulación de los valores bursátiles, el desvío de los recursos públicos hacia las campañas políticas, el pillaje del patrimonio del Estado por parte de los capitanes generales y sus secuaces, las tasas de interés usurarias aplicadas a los créditos al consumo, la promoción y la venta de educación averiada, la exclusión social, la injusticia económica, los salarios de «vergüenza«, la concentración del ingreso, el despilfarro del patrimonio de todos los chilenos en la EFE y en el Transantiago, la estafa de las AFP, en fin esas formas de «violencia irracional» -para usar la terminología en boga-, que tanto daño le hacen a la buena fe y a la calidad de vida del personal.



Cortador de cabellos en cuatro, o rompebolas si prefieres, eso está claro. Y un pelín ingenuo, eso sí, lo confieso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias