Señor Director:
La revalorización del peso chileno está afectando seriamente a la economía lo que se ha notado en el descenso de la producción industrial y en especial de la industria metalúrgica-metalmecánica orientada a la exportación.
La política del Banco Central de privilegiar su patrimonio por sobre cualquiera otra consideración, le ha impedido adquirir divisas, para mantener el dólar en un nivel por encima de los $500.- lo que daría estabilidad a los negocios de exportación y a la competitividad de las Pymes.
El cálculo elemental de los Consejeros del Banco Central es equivalente al de un negocio de barrio. Si ellos compran dólares y los llevan a los fondos de reserva en el exterior , donde les rentan 2% al año , y para neutralizar la emisión de billetes , deben emitir bonos en pesos o Unidades de Fomento , por los cuales pagan el 4% de interés anual , tendrán una pérdida contable que no quieren conceder .
Si eso significa una mayor actividad económica, no parece interesarles, pues su mente está adherida a textos que les enseñaron en sus escuelas hace 20 o más años.
No consideran ni la experiencia argentina, que a pesar de recibir un chorro de dólares por sus exportaciones agrícolas, mantiene el precio del dólar, cercano a los $4-/dólar , para lo cual compran dólares y acumulan reservas, o de China , que mantiene su moneda devaluada a pesar de las presiones de EE.UU. para que la revalorice y continúa invirtiendo en bonos del tesoro norteamericano. Nuestro Banco Central prefiere dejar que el mercado actúe hasta que le duela a la economía y la producción diferente a la del cobre.
Hace poco una delegación de parlamentarios en visita a Israel recibió una lección en vivo del gobernador de ese Banco Central, Stanley Fischer, quien les explicó que si bien en el largo plazo las intervenciones no producían efectos duraderos ellos habían usado intensamente la intervención cambiaria desde que empezó la crisis internacional en 2008. Incluso les mencionó como habían duplicado las compras diarias de dólares hasta que pudieron estabilizar su moneda, y no revalorizarla, como habría sido la tendencia. Israel así ha podido mantener la competitividad de su economía.
Las decepcionantes estadísticas del crecimiento de la economía chilena en Octubre, el IMACEC, principalmente por la baja en la producción industrial, parecen indicar un punto de quiebre en la tolerancia de los sectores productivos con el Banco Central. Tal vez ha llegado el momento que el Gobierno a través del Ministerio de Hacienda y la Tesorería General de la República implemente una política cambiaria propia obligando al Banco Central a reconsiderar sus dogmas.
(*) Ernesto Benado, Presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile (Conadecus).