Publicidad

Acuerdo en educación: avanzando hacia una mayor equidad

Francisco Javier Gil
Por : Francisco Javier Gil Rector de la Universidad Católica Silva Henríquez.
Ver Más

El acuerdo alcanzado ofrece un enorme avance para miles de jóvenes talentosos y esforzados que dejarán de ver frustrado su sueño de ser profesionales debido al lugar donde les tocó nacer.


Con enorme  satisfacción he conocido el acuerdo al que han llegado Gobierno y Oposición en materia educacional, pues no sólo constituye una señal decidora respecto a que la educación debe ser una política pública prioritaria en nuestro país, sino porque dicho compromiso –próximo a convertirse en Ley- recoge el trabajo que muchos hemos venido desarrollando en beneficio de los sectores más desfavorecidos y que se han visto históricamente afectados por las desigualdades del sistema.

Quisiera destacar en forma particular el anuncio de “un programa especial de incentivo para que el 5% de los mejores egresados de enseñanza media de sectores vulnerables pueda ingresar a la educación superior, independientemente de su puntaje en PSU”.

Desde hace muchos años hemos venido promoviendo iniciativas como ésta, que permitan disminuir la inequidad en el acceso, pues tenemos la certeza de que los buenos resultados en la PSU dependen en gran medida de los recursos económicos con que se cuenta para asistir a un buen colegio y a un buen preuniversitario. En ese escenario, los jóvenes de colegios municipalizados y pertenecientes a los sectores más desaventajados de nuestro país, poco y nada pueden hacer.

[cita]El acuerdo alcanzado ofrece un enorme avance para miles de jóvenes talentosos y esforzados que dejarán de ver frustrado su sueño de ser profesionales debido al lugar donde les tocó nacer.[/cita]

Sin restar mérito al esfuerzo de los estudiantes que alcanzaron altos puntajes en la última PSU, como rector de una universidad católica y salesiana he sido persistente en recordar que Dios distribuye los talentos por igual entre ricos y pobres, y que por ello, el gran desafío que tiene la institucionalidad chilena para mejorar la educación es incorporar otras variables que intervienen en el “talento de los jóvenes y no sólo el puntaje PSU.  Valorar la trayectoria escolar es una de ellas y, por eso, el acuerdo alcanzado ofrece un enorme avance para miles de jóvenes talentosos y esforzados que dejarán de ver frustrado su sueño de ser profesionales debido al lugar donde les tocó nacer.

¿Alguien puede poner en duda que un joven que ha obtenido excelentes calificaciones en la enseñanza media no tiene talento académico para estudiar una carrera universitaria?

Sabemos que las notas de un colegio y otro no son comparables, pero también sabemos que aquellos estudiantes que han aprovechado al máximo las oportunidades de estudio que les brindó su establecimiento, han dado prueba suficiente de que tienen capacidad, disciplina y gusto por el estudio. Existen estudios nacionales e internacionales que lo avalan y que dan cuenta de que estos jóvenes pueden tener altos rendimientos académico en una universidad de excelencia que los acoja; incluso superiores que otros jóvenes han ingresado con más altos  puntajes PSU pero menor rendimiento escolar.

En nuestra universidad buscamos a estos jóvenes talentosos, los conocemos, confiamos en ellos y les ofrecemos la posibilidad de acceder y egresar con éxito de una educación superior de excelencia

Pero el anuncio no es sólo una mejora del sistema de admisión a las universidades chilenas, sino que su objetivo superior es la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y cohesionada.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias