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Isapres: ha llegado carta

Teresa Marinovic
Por : Teresa Marinovic Licenciada en Filosofía.
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Si usted es de los que aborrece a los dueños de las Isapres porque ganan plata, no cuente conmigo para atacarlos. La plata que ganan, las utilidades que tienen, son solo un índice… un índice de que en ese rubro definitivamente hay cualquier cosa, menos competencia.


Si usted es de los que aborrece a los dueños de las isapres porque ganan plata, no cuente conmigo para atacarlos. Mis afectos hacia los que son capaces de generar riqueza van desde la admiración hasta la envidia, pero no pasan nunca por el desprecio.

No cuente conmigo para atacarlos porque estoy curtida de discursos moralistas. Es fácil hablar de usura y declararse de una honestidad a toda prueba, solo porque circunstancialmente uno se ha especializado en el robo hormiga. Porque yo conozco a uno que pasaba a la tía-abuela por hija suya para que la Isapre le reembolsara la consulta; y a otra que simulaba tener un contrato con su papá por la reguleque suma de un millón (para recibir ese monto durante el embarazo). No nos hagamos los cuchos entonces y dejemos de pedirle a los dueños de las Isapres una moralidad que nosotros no tenemos.

Tampoco exageremos diciendo que el sistema no funciona. Si así fuera no se daría la casualidad de que todos los que podemos, tenemos Isapre; y además seríamos idiotas pagando un servicio privado en lugar usar el público… ése que hasta los socialistas esquivan en caso de poder hacerlo.

[cita]Si usted es de los que aborrece a los dueños de las Isapres porque ganan plata, no cuente conmigo para atacarlos. La plata que ganan, las utilidades que tienen, son solo un índice… un índice de que en ese rubro definitivamente hay cualquier cosa, menos competencia.[/cita]

No nos hagamos los cuchos pero tampoco los lesos, porque evidentemente hay prácticas de las Isapres que son derechamente abusivas, aún cuando la Ley de Isapres las permita y a pesar de que afiliarse a ellas siga siendo conveniente.

Porque uno podría aceptar que la tasaran en base al sexo y a la edad e incluso podría agradecer que esa tasación aumentara con los años… mal que mal, sería un índice de que uno tiene plusvalía. Pero que después de haber hecho ese cálculo, se le aplique a uno un valor agregado por haber incurrido en un evento llamado enfermedad, no es justo; y no es justo porque ese riesgo ya estaba previsto.

Uno esperaría además que si ése es el criterio, junto con subirle el precio al plan del fulano que salió caro, le devolvieran algo al sutano que gastó cero ¡pero no es así! Molesta entonces el doble estándar. Molesta que cuando la Isapre pierde, el afiliado se tome como caso individual y cuando gana, se considere parte de un saco común. O sea, seguro individual cuando hay que tasar y colectivo al momento de ganar.

Resulta sospechoso además que exista un grupo de abogados que tramita gratis los recursos de protección contra las Isapres. Y lo hacen así porque de los casos que reciben (aproximadamente 250 a la semana), los ganan casi todos. ¿Qué significa eso? Que si usted reclama obtiene lo que pide y es la misma Isapre la que paga las costas del abogado. No hay que ser malpensado entonces para concluir que estas empresas aplican la política del ‘por si pasa’. Y eso molesta pues, como molesta también que el regulador no diga nada (quizá porque quien le paga es nada menos que la Isapre).

Molesta además que por culpa de la ley (o sea, de la regulación existente), las posibilidades de elegir sean nulas. En parte, porque las ‘preexistencias’ lo convierten a uno en un cliente cautivo y en parte también porque entender el plan AZ6000234.B es más complicado que aprender chino mandarín. Sin posibilidad real de cambiar de Isapre y sin información fácil de digerir, es imposible entonces que opere el mercado.

Por eso, si usted es de los que aborrece a los dueños de las Isapres porque ganan plata, no cuente conmigo para atacarlos. La plata que ganan, las utilidades que tienen, son solo un índice… un índice de que en ese rubro definitivamente hay cualquier cosa, menos competencia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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