Publicidad

Retomo la Vigilancia del País


Me ausento un par de días y esto se convierte en un pandemónium. Leo que Longueira se apresta para hacer campaña en su partido, que es lo único parecido a una colectividad de derecha que nos va quedando, para defender el aumento de los impuestos. Cuando un partido de derecha amenaza alinearse con una idea que, por antonomasia, es netamente de izquierda, ya las últimas esperanzas se desvanecen. Sobre todo si el senador Hernán Larraín, del mismo partido supuestamente de derecha, propone a su turno ¡un aumento de impuestos mayor que el impulsado por el Presidente del V Gobierno de la Concertación!

Mientras tanto, las regiones siguen alzadas, en vista de que no hay autoridad. En Calama, eso sí, con cierta prudencia, tanto que dejaron en segunda fila a Camila Vallejo y Cristián Cuevas, adalides de la revolución comunista que está en curso, que he denunciado desde hace meses y contra la cual el país rehúsa defenderse. Los calameños no quieren violencia, sino sólo plata, mucha plata.

Pero en Aysén las coasas no pueden estar peor. El gobierno ha abierto la billetera y anunciado: 1) un subsidiao al transporte, 2) un aumento de la inversión regional a cinco veces la actual, 3) tres nuevos hospitales y un centro de diálisis, 4) aumento desde 1.700 a 2.600 de los subsidios para viviendas, 5) bono para recibir gratis cuatro metros cúbicos de leña durante el invierno, y 6) aumento al triple de la Beca Educacioanal Patagonia. La región que más creció el año pasado, que menos desempleo tiene y cuyo ingreso se distribuye mucho más igualitariamente que Santiago, quiere distanciarse del resto todavía más. ¿Y están contentos allá? ¡No! Quieren más, siguen tomándose el puente y los caminos, hay numerosos carabineros heridos y los encapuchados han incendiado un carro lanzaaguas de la policía. ¿Y qué han hecho los carabineros? Replegarse, porque, ha dicho el general director, si no lo hicieran podría haber heridos «o algo peor». Y en Santiago, frente a la Universidad del mismo nombre, los encapuchados han incendiado otro bus más del Transantiago. ¿También ahí se habían «replegado» los carabineros?

Entonces una parlamentaria, Carolina (¿o es Catalina?) Goic prepara una acusación constitucional contra el ministro del Interior. Explicable, porque su falta de energía durante un mes de conflicto ha llevado a una dictadura anarco-comunista en Aysén. ¡Nooo, si la acusación es por todo lo contrario, por haber usado la fuerza policial para impedir los bloqueos, incendios y barricadas! ¿No es el mundo al revés?

¿Y dónde está el piloto? Está en éxtasis, porque ha podido visitar la casa de Ho Chi Minh, uno de los dictadores más sangrientos del mundo comunista. Pero era comunista y no hay nada que enternezca más al Gran Protagonista de Chile que un comunista de tomo y lomo. Y durante doce días nuestro él se nos hará presente en las pantallas desde el Lejano Oriente, con sus mensajes de optimismo y unidad, y probablemente dándose tiempo para discurrir alguna otra medida concertacionista que le haga honor al nombre que he discurrido para su gobierno.

Entretanto, acá los cerebros siguen siendo metódicamente lavados y la televisora estaztal, supuestamente «de todos los chilenos», seguirá siendo portavoz «de algunos chilenos», los de la izquierda, y preparando una nueva edición de «Los Archivos del Cardenal», que no fueron, por cierto, obra de ningún cardenal, sino del Archivero de la Vicaría de la Solidaridad, José Manuel Parada, que era a la vez alto jefe comunista y alto jefe del grupo terrorista Frente Patriótico Manuel Rodríguez. El equipo designado por este V Gobierno de la Concertación para dirigir TVN impulsa entusiastamente la idea, aplaudida ayer por el político socialista Juan Gabriel Valdés, quien en artículo de «El Mercurio» de ayer pidió que se lancen más programas como «Los 80» y «Lor Archoivos del Cardenal». Pero hoy un lectro de «El Mercurio» le replica que tal vez sería también conveniente algún programa que recordara cómo fue la Unidad Poplular, que tras la gestión de su Gran Presidente Salvador Allende dejó al país sin alimentos, dividido, lleno de guerrilleros y «compañeros de tropas» cubanos y en completa bancarrota material y espiritual. ¡Y don Juan Gabriel, como típico exponente socialista que es, quiere que se continúe en la tarea de extender cortinas de humo para ocultar todo eso, que ya está convenientemente lavado de los cerebros de los chilenos!

No, no me voy a volver a ausentar por dos días, dejando irresponsablemente expuesto al país a todo eso.

Publicidad

Tendencias