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Subvención escolar del Gobierno: es mal negocio educar a los más pobres Opinión

Subvención escolar del Gobierno: es mal negocio educar a los más pobres

Sebastián Donoso
Por : Sebastián Donoso Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional de la Universidad de Talca. sdonoso@utalca.cl
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Resumen…. para trabajar con la población más pobre (SEP) hay que cumplir una serie adicional de exigencias, fuertes y relevantes; para trabajar con los menos pobres no se requiere adicionalmente nada de lo que realiza un establecimiento escolar sin SEP.


El mensaje presidencial Nº 218-360 del 22 de octubre del 2012, propone una “subvención para los establecimientos de clase media”, cuyo fundamento se asienta en que “Es necesario que estos recursos lleguen a todos los estudiantes que asisten a la educación subvencionada chilena en igualdad de condiciones, de otro modo, la garantía constitucional que consagra la libertad de enseñanza difícilmente puede ejercerse si el financiamiento discrimina entre estudiantes de acuerdo a la institución educativa a la que asisten… ” (Tit I, 3º párrafo).

Más adelante se agrega que “Dado la desigualdad con que están repartidas estas oportunidades en Chile [se refiere a las oportunidades educativas], es tarea del Estado entonces hacer lo posible por disminuirla, de modo que éstas no estén determinadas por el origen de los estudiantes o el capital cultural de sus hogares” (Tit II. 1º párrafo).

En la sección tercera se agrega (7º párrafo) “…, ese esfuerzo se ha focalizado, principalmente, en los dos primero quintiles de ingresos. Por ello es necesario avanzar en cobertura hacia aquellos sectores que no son beneficiarios de la Subvención Escolar Preferencial y que, por su nivel de ingresos, no tienen la posibilidad de costear un financiamiento compartido elevado. Para esas familias, pertenecientes al tercer quintil de la población, se propone en este proyecto una subvención adicional que permita hacerse cargo, en parte del financiamiento que involucra una educación de calidad”.

El proyecto define un monto de $ 14.000 pesos mensuales por alumno que cursen entre prekínder y 6º básico, y aproximadamente $ 9.000 mensuales para los alumnos de 7º básico a 4º medio. (Título IV. 1. 3º párrafo). “Los sostenedores educacionales deberán utilizar estos recursos según lo establecido en la Ley de Subvenciones que impone subvención regular. Adicionalmente, en el caso de los alumnos que reciben este beneficio, el sostenedor les podrá cobrar un financiamiento compartido de hasta el limite máximo que establece la ley” (Título IV, 2) [El máximo que permite la ley son $ 76 mensual aproximadamente].

Reflexiones:

1.- Para que un establecimiento pueda ser beneficiario de la Ley SEP, es decir para trabajar con la población más pobre del país se exige una serie de condiciones: (a) diagnóstico de la situación educativa del establecimiento, (b) plan de mejoramiento, con metas exigentes con indicadores verificables de medición anual, (c) plan de corrección de las desviaciones; (d) supervisión y auditoría de los recursos, etc.

2.- Para ser beneficiario de la “nueva subvención para la clase media” lo que se requiere: no trabajar con los más pobres (aunque acepta al 60 % de la población más pobre) pero se exige que éstos no sean beneficiarios SEP, y que el establecimiento cumpla con las normas para recibir subvención general. Esto es, emplear programas oficiales, días de clases, profesores, etc., es decir nada adicional a lo que cualquier establecimiento debe hacer hoy para recibir la subvención convencional.

[cita]Pareciera que este proyecto de ley regalará recursos a los sostenedores; no pide ni exige nada que no se haga a la fecha y de paso, entregará más dinero a cambio de nada, permitiendo además a los establecimientos seguir cobrando a las familias que el proyecto —en su intencionalidad— busca proteger. Eso sí, este regalo sería transparente y legal.[/cita]

Resumen…. para trabajar con la población más pobre (SEP) hay que cumplir una serie adicional de exigencias, fuertes y relevantes; para trabajar con los menos pobres no se requiere adicionalmente nada de lo que realiza un establecimiento escolar sin SEP.

Entonces… no trabaje con los más pobres, es más engorroso y complicado, no los puede sacar del establecimiento, no les pude cobrar nada más, pero… hágalo con los menos pobres, le pagamos más (de paso usted gasta menos pues son menos costosos), les puede seguir cobrando financiamiento compartido y además es más sencillo en todo plano.

¿Qué mecanismos se definen para salvaguardar que esta gran inversión que hacen los ciudadanos del país llegará al objetivo deseado?…. No queda claro.

¿Qué mecanismos se definen para evitar que esta subvención se traduzca solamente en mayor lucro de algunos sostenedores?….. Tampoco queda claro.

Podríamos aprovechar de corregir el problema con un nuevo proyecto de Ley que enmiende algunos errores de la SEP y operar de la siguiente forma:

a) Si usted va a trabajar con estudiantes SEP, presente un plan de trabajo serio y punto, le entregamos la subvención y vemos el estado anual de desarrollo, y según sea el caso se determinan acciones, previo protocolo legal al respecto.

b) Si usted va a trabajar con estudiantes no SEP, debe justificar: (a) porque lo hace, (b) realizar un diagnóstico de la situación educativa, (c) proponer un plan de mejoramiento con indicadores pertinentes y metas anuales, (c) garantizar en el convenio con el sostenedor que los recursos serán usados en montos y partidas para loso fines definidos; (d) que el no cumplimiento de ello implicará devolver los recursos al Estado y además pagar la multa correspondiente por el uso alternativo que se pudo hacer de los recursos.

Así, efectivamente estaríamos nivelando la cancha como argumenta el mensaje del proyecto de ley y no manteniendo y reforzando el desnivel actual, como lo provocará el proyecto en comento.

Dicho de otro modo, pareciera que este proyecto de ley regalará recursos a los sostenedores; no pide ni exige nada que no se haga a la fecha y de paso, entregará más dinero a cambio de nada, permitiendo además a los establecimientos seguir cobrando a las familias que el proyecto —en su intencionalidad— busca proteger. Eso sí, este regalo sería transparente y legal.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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