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Forbes: por qué los megarricos chilenos son cada vez más ricos Opinión

Forbes: por qué los megarricos chilenos son cada vez más ricos

Iván Auger
Por : Iván Auger Abogado y analista político
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Tampoco tenemos un movimiento de multimillonarios de la lista Forbes, que nació en EE.UU. y se ha extendido a otros países, pero que todavía no llega a América Latina ni a Chile, que se han comprometido a donar la mitad de sus fortunas para luchar contra la pobreza en el mundo y, a la vez, evitar que sus descendientes sean malcriados por el exceso de dinero.


La lista Forbes de los multimillonarios del mundo, los que tienen una fortuna líquida de mil millones de dólares o más, alcanzó su nivel más alto el 2013. Ahora son 1.426 personas, con un total de 5,4 billones de dólares (un cifra con 12 ceros), en una economía mundial, según estimación del Fondo Monetario Internacional, de 71,4 billones.

En esa lista, los multimillonarios chilenos siguieron batiendo marcas. Teniendo como base el año precrisis, 2007, el 2011 habían incrementado sus fortunas en un 102,47 %, y su participación en el PIB de 12,33 % a 16,46 %. Y su número pasó de cuatro a cinco, Paulmann se sumó a los Luksic, Matte, Piñera y Angelini.

El 2012 les volvió a ir excelente. Sus fortunas aumentaron, en solo un año, de 40,70 mil millones de dólares a 51,35 mil millones, es decir, 26,17 %. Y su participación en el PIB chileno se elevó de 16,46 % al 19,28 %, acercándose al récord mundial en este punto, solo superado por paraísos fiscales, Hong Kong, Mónaco y el Líbano, y al nivel de quienes los siguen, Rusia y Ucrania, desplazando a Israel. Recordemos que la suma de las fortunas de la lista Forbes solo equivale al 7,6 % del PIB mundial, porcentaje bastante inferior al nuestro.

[cita]La explicación de esa concentración económica es el carácter oligopólico de nuestra economía, en la que el 3 % de las empresas hace el 87 % de las ventas, como lo denunció el 2007 el entonces Senador Adolfo Zaldívar.[/cita]

Nuestro número de multimillonarios también subió, ahora son 14 en vez de cinco. Ese aumento se debe a que las fortunas de los Matte y de los Angelini se dividió entre los tres y dos hermanos, respectivamente; que los Solari ingresaron a la lista divididos en cuatro, y que hay dos nuevos participantes, Álvaro Saieh y Luis Yarur Rey. Si nos atuviéramos a la calificación de los grupos económicos chilenos de la Universidad del Desarrollo, tendríamos que agregar a los Cueto.

La explicación de esa concentración económica es el carácter oligopólico de nuestra economía, en la que el 3 % de las empresas hace el 87 % de las ventas, como lo denunció el 2007 el entonces Senador Adolfo Zaldívar. Y como lo describe con detalle un documento de Hernán Bosselin y Ramón y Cristián Briones, «Modelo económico-social y competencia en los mercados: Chile un caso de oligopolio y asistencialismo», publicado en El Mostrador el 6 de enero de 2012. El crédito, por ejemplo, a la inversa de la oferta de trabajo, va el 85 % a las grandes empresas y el 15 % a las Pyme.

Los gobiernos concertacionistas poco hicieron para cambiar esa estructura que nos legó la dictadura. Recientemente, ha habido algunas críticas en la derecha, incluso de dirigentes de la actual administración, a esa característica de nuestra economía. Más les salió al camino el influyente senador de la UDI, Jovino Novoa, con un libro titulado “Con la Fuerza de la Libertad: la batalla por las ideas de la centroderecha en el Chile de hoy”, curioso, el autor tuvo un alto cargo en un régimen liberticida. Y su partido lleva como candidato presidencial a Laurence Golborne, quien fuera gerente general de Cencosud, la gran empresa del segundo multimillonario chileno.

Tal vez por ello, a pesar de ese crecimiento considerable de las fortunas y que la de nuestro Presidente sea la octava entre los jefes de Estado, tras las de cinco emires, la del príncipe de Liechtenstein y el presidente de Georgia (una república en el Cáucaso, que fue soviética y donde nació Stalin), todavía no tenemos en Chile una organización como los millonarios patriotas de EE.UU. Para ser miembro se requiere tener un ingreso anual de más de un millón de dólares. Y su fin es presionar al Congreso para que les aumente los impuestos a un nivel, a lo menos, igual al de sus empleados. En otras palabras, igualar los tributos al capital a los del trabajo.

Como tampoco tenemos un movimiento de multimillonarios de la lista Forbes, que nació en EE.UU. y se ha extendido a otros países, pero que todavía no llega a América Latina ni a Chile, que se han comprometido a donar la mitad de sus fortunas para luchar contra la pobreza en el mundo y, a la vez, evitar que sus descendientes sean malcriados por el exceso de dinero.

Es de esperar que finalmente en nuestro país los millonarios sean también patriotas, y pidan que les aumenten los impuestos, y que los multimillonarios se transformen en filántropos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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