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El cupo senatorial que amenaza la candidatura de Bachelet Opinión

El cupo senatorial que amenaza la candidatura de Bachelet

Edison Ortiz González
Por : Edison Ortiz González Doctor en Historia. Profesor colaborador MGPP, Universidad de Santiago.
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Tenemos a la CP del socialismo local metida en un verdadero zapato chino: si votan a favor de Escalona profundizarán la distancia entre el PS y Bachelet en su versión 2.0, más ciudadana y distante de los partidos, y ahondarán la crisis de su candidatura cuya expresión práctica ya la conocemos: la presidenciable continuará bajando en las encuestas y corriendo el serio riesgo, si la derecha llega unida a la primera vuelta y si ME-O y Marcel Claude hacen su trabajo, de salir segunda lo que complicaría aún más la agenda de cambios que ella ha prometido.


La Comisión Política (CP) del PS, no es gran cosa, así como tampoco lo es ser miembro de su mesa directiva –los diez cargos unipersonales– si en particular se le ha ocurrido ser disidente a Escalona. Allí casi nunca pasa nada, las reuniones son meramente informativas puesto que todo lo importante se decide en otra parte. Ser su integrante es un cargo más bien decorativo y sirve para estar al aguaite, en especial si hay gobierno a la vuelta de la esquina. La CP es, en resumen, un espacio para dormitar —funciona muy poco– donde, a veces, uno se despierta abruptamente si hay algún tema complejo en agenda —Transantiago, por ejemplo— o una designación parlamentaria que rompe el statu quo. Y es precisamente esto último lo que hoy no sólo amenaza la convivencia interna en el PS, sino  las expectativas de la propia Michelle Bachelet.

Y es que nadie se imaginó cuando se inició todo esto, en la centralista y autoritaria experiencia socialista, que a un pipiolo muy popular de provincias, el ex alcalde de Puerto Montt Rabindranath Quinteros, se le ocurriera enfrentar al más importante pelucón de Santiago: el Diego Portales del PS (lo digo en un sentido metafórico), acabaría poniendo en jaque a la élite política metropolitana. Lo que ya era una mala idea que complicaba a la CP, adquirió ribetes más complejos cuando la ex Presidenta decidió presentarse a las primarias y pidió a quienes la apoyaban replicarlas a nivel parlamentario. Fue entonces, cuando Quinteros se volvió un problema serio en la sede de calle Paris.

[cita]La propia trayectoria de Camilo es una señal de que las cosas no se resolverán como le gustaría al comando: quebró la Feses durante la UP; participó activamente de la diáspora de 1979; su grupo votó en contra de la incorporación del PS al gobierno de Aylwin, aunque él salió diputado en esa lista; en 1997 entregó cinco cupos a la Cámara a cambio de una circunscripción senatorial que finalmente perdió, congelando para siempre una mayor influencia del PS en el gobierno.[/cita]

Y hoy, tenemos a la CP del socialismo local metida en un verdadero zapato chino: si votan a favor de Escalona profundizarán la distancia entre el PS y Bachelet en su versión 2.0, más ciudadana y distante de los partidos, y ahondarán la crisis de su candidatura cuya expresión práctica ya la conocemos: la presidenciable continuará bajando en las encuestas y corriendo el serio riesgo, si la derecha llega unida a la primera vuelta y si ME-O y Marcel Claude hacen su trabajo, de salir segunda lo que complicaría aún más la agenda de cambios que ella ha prometido. En cambio, si acogen el clamor de Primarias, terminarán cargándose al hombre más influyente del PS en la última década. El PS habrá encauzado entonces su propia revuelta, que ya se había iniciado en provincias con la conformación de comandos locales para realizarlas al margen de la decisión de la cúpula política.

Los viejos cuadros socialistas que miran la disputa desde la galería ya han comenzado a apostar. La propia trayectoria de Camilo es una señal de que las cosas no se resolverán como le gustaría al comando: quebró la Feses durante la UP; participó activamente de la diáspora de 1979; su grupo votó en contra de la incorporación del PS al gobierno de Aylwin, aunque él salió diputado en esa lista; en 1997 entregó cinco cupos a la Cámara  a cambio de una circunscripción senatorial que finalmente perdió, congelando para siempre una mayor influencia del PS en el gobierno; y luego, en enero de 2005, después de estrechar la mano de Gonzalo Martner lo acuchilló por la espalda sacándolo de la presidencia de la colectividad en complicidad con Ricardo Núñez. El  último capítulo, es de conocimiento público y marcó el inicio de su caída: el 5 de abril de 2009 aquí en Rancagua, cuando José Antonio Gómez demoraba el reconocimiento del triunfo de Frei, lo golpeó por la espalda y le recordó la parte menos querida de su madre; como ya sabemos impuso a Frei en el PS a sangre y a fuego lo que se tradujo en las salidas abruptas de ME-O y Arrate. Y de no haber sido por el despliegue intenso del gobierno, seguramente Frei habría salido tercero en 2009. Si nos atenemos a la conducta histórica de Escalona y su equipo, el PS debería nominarlo este lunes. Eso es lo que apuestan quienes lo conocen. Sin embargo, ellos tienen un problema de geometría variable: cuentan con los votos pero tienen un entorno negativo para imponerlo.

Si Camilo —como lo suelen llamar sus camaradas— efectivamente ha aprendido a conjugar el sustantivo nosotros debiera haber hecho el gesto épico digno de la estatura que el mismo se ha auto asignado: dar luz verde a Andrade para que la Comisión Política del PS se decida por hacer lo sensato, sea en Los Lagos como en el resto de Chile. Pero hizo lo contrario. Salió a forzar su nominación contra viento y marea, diciendo en TVN que no iría a primarias. La mesa está servida para el próximo escándalo político.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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