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TOO MUCH ESCALOPA ESCALONA #chile2013

Montserrat Nicolás
Por : Montserrat Nicolás Autora del blog Curvas Políticas.
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En Chile hay un grupito pequeño que no quiere fiesta ni tampoco dejan festejar, cosa que le puede costar el futuro mandato a Bachelet.

En la propaganda política —ese marketing y manejo de medios— el melodrama de llamar la atención de posible, proable y creíbles ataques fue alguna vez pan de cada día y algo necesario para lograr que la prensa hiciera justamente eso, prestar atención y quizás, regalar algo de espacio medíatico. Hoy, en un ciclo noticioso que supera las 24 horas, aquellos personajes aparecen en pantalla o primera plana como sujetos un tanto sacados de un épocoa medieval. Cualquier ataque puede ser verificado, confirmado, citado, indagado y difundido en menos de 30 segundos por internet.

O sea, cuando la persona que capaz más portadas ha sacado en La Tercera —si, el señor Camilo Escalona— repite y repite y repite que lo atacan y que —PESE A ESO— sigue ahí, vivo, y no tan tercera edad como nosotras pensabamos, hay que prestar atención. Claro, no tanto porque Escalona sea una suerte de autodeclarado guru político pobre de la próxima (?) presidenta de Chile (Bachelet) sino porque Escalona compone en su mismo cuerpo delicado, el «40+». Es decir, la derecha chilena -que todas sus matices- ha manejado desde 1973, los asuntos importantes del país.

En realidad, no existe ciudadan@ algun@ que le importe qué le pasa o no al señor Escalona (si hay alguien que aparece por ahí, nos avisan). Su vida —por así decirlo— ya superó su fecha de vencimiento. El país entero lo sabe, menos él.

Aquí lo importante son las variadas posturas y votos y movidas de Escalona que justamente POSIBILITAN que la derecha chilena y su Constitución 1980, SIGA VIGENTE. Según el mismo señor Escalona, lo que ocurre en Chile facilmente se puede catalogar como ‘fiesta’.

“[sobre los/as estudiantes de Chile] Aquí el que viene llegando a la fiesta no es el que se apodera de la música y del conjunto de la celebración. Las normas tienen que ser suficientemente claras” [Tolerancia Cero]

Por supuesto, que en la ala partidaria de la derecha no faltan los oportunistas que acusan a Escalona de ser «de izquierda», «marxista» y cosas por estilo que —SORPRESA— solamente ayuda a fortalecer los credenciales del arrimado senador mientras —desde el lado de las trincheras sociales— aún no hay alguien que diga «sip, ese tipo es de izquierda».

Una de las cosas más dañinas que ha hecho Escalona (junto al siempre enublado hijo del presidente Lagos Weber) fue promover y firmar lo que se conoce por #fakeroyalty. Sin asco, Escalona negoció y vendió algo que vale 15 mil millones de dólares, por 500 millones. Algo que no es de él ni del LakesWebars. La Gran Minería estaba recontenta. «Qué siga la fiesta» declaraba desde las oficinas de SONAMI sin pagar impuestos acordes.

Por lo mismo, la carrera política de Escalona (cuestión que tanto le gusta recalcar) es el resultado de la mantención del sistema sociopolítico y económico chileno, ese que está inscrito en la Constitución de 1980. Ese sistema chileno que no puede ser más brutal y violador para cualquiera que no nazca winner.

Hasta hace poco —dos días atrás— Escalona «pintaba» (según fuentes escalonistas aka Camilo) para ser el ministro del Interior en un segundo gobierno de Bachelet, y tenía —a la vieja usanza— una carrera corrida senaturial sin primarias, como su Plan B. Y Escalona es winner. Escribe la historia que fue y la que viene. Patudamente, ya habla como cuasi Presidente de Chile.

«Si se junta un grupo de dirigentes sociales y se constituyen como asamblea constituyente, eso no es más que un grupo que se juntaron…[hay que tener] un programa capaz de unir a la mayoría, y esa es una tarea política de la cual, lamentablemente, nos podemos desviar si es que nos consumimos en una discusión sobre la pertinencia o no pertinencia de situar como un eje del programa futuro una Asamblea Constituyente en Chile»

«No tuvimos a nadie en la calle que apoyara el proyecto de fortalecer la educación pública de la ex Presidenta Bachelet, y al final, caímos en una triste y penosa negociación con la derecha por falta de apoyo social. De manera que si hay apoyo social para llevar adelante las medidas que el gobierno impulse, me parece fantástico, pero no para atacar al gobierno. Vuelvo a insistir: no se puede ser gobierno y oposición al mismo tiempo»

Pero tragicamente, es su afán de fürher criollo, su exigencia de ser DENOMINADO a DEDO y sin primarias le ha salido por la culata. Y su capricho amenaza, profundamente, la misma candidatura de Bachelet. No tanto por el acarreo de votos (otra vez, nadie vota por Escalona…) sino por ese misma ‘identificación simbiótica’ que supone que Escalona es el ‘regalón indiscutido’ de la misma Bachelet. Un tipo blindado que durante 4 años no ha descansado en señalar -por la prensa duopólica- que es el ‘indudable interprete’ de Bachelet.

No obstante, al armarse el circo de las no-primarias desde la sede del PS, animado por el mismo Escalona, por cierto, a todo el mundo le quedó claro que el lio era porque Escalona junto al Juan Pablo Letelier se sienten intocables por algo tan rasca como lo es un proceso de primarias siendo que la misma Bachelet se someterá a primarias.

Se entiende que Escalona y Letelier le tienen miedo a la cesantía, pero también hay que cuestionar por qué quieren tanto esos cupos (más allá de ser los parlamentarios mejor pagados del mundo)…

Ahora que se ventila que la Diputada Isasi recibe pago por firma de ley, bien nos hace preguntar, si acaso Escalona (y Lagos Weber) también fueron recompensados por el #fakeroyalty.
O sea, a cúanto la escalopa? Y capaz qué «inventará» el señor que le tiene miedo a una pinche primaria. Sabemos qué tan temerosas pueden ser las mineras.

Carta llorona e histérica que mandó Escalona para que el CP del PS le diera el cupo sin primarias:

“En mi caso, se me ha tratado de autoritario, mitómano y basura política, quien tiene como propósito socavar y desplomar mis posibilidades electorales, al no ser mi postulación del agrado de quienes han hecho de la agresión verbal su instrumento predilecto de acción política. Ante este canibalismo político, que sólo busca destruirme, debo reiterar a la Comisión Política que soy víctima de tal “tratamiento” desde aproximadamente seis años en la región de Los Lagos

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