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Día del Patrimonio, ciudadanía y turismo Opinión

Día del Patrimonio, ciudadanía y turismo

Miguel García
Por : Miguel García Académico Arquitecto del Paisaje, Universidad Central
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El turismo puede representar para el patrimonio ingresos, vitalidad y relevancia, pero es fundamental cuidarlo del mercantilismo abusivo y mal entendido que, produciendo la trivialización del mensaje y del contexto patrimonial, termina siendo contraproducente incluso para el propio interés turístico.


Estamos celebrando un nuevo Día del Patrimonio. Este domingo podremos observar como los chilenos y también algunos extranjeros, concurren masivamente a los sitios y experiencias patrimoniales que se han abierto gratuitamente, en forma exclusiva durante este día.

Como referencia se destaca que esta iniciativa, que en Chile se desarrolla con gran éxito desde los años 90, en Francia comenzó a realizarse en los 80 como la “Journée Portes Ouvertes”, difundiéndose hasta hoy en más de 50 estados signatarios de la “Convención Cultural Europea”, donde se celebra principalmente en el mes de Septiembre. Este día posee gran arraigo en Sudáfrica, con énfasis en la diversidad cultural de esta nación, al igual que en Canadá y algunas ciudades de Estados Unidos de América.

Es destacable como en nuestro país ha ido en aumento la participación de instituciones públicas y privadas, que destinan el último domingo de mayo a exponer los edificios patrimoniales que los acogen y las colecciones de arte que atesoran, expandiéndose “por un día” la oferta cultural local y permitiendo a la ciudadanía acercarse a la real dimensión del patrimonio cultural presente en Chile, como es el caso de la iglesia y museo San Francisco, donde el Instituto del Patrimonio Turístico de la Universidad Central ha apoyado el desarrollo de una atractiva oferta de turismo religioso. Este año no sólo estará abierto para contemplar su valiosa colección de arte, sino que se aprovechará la oportunidad de compartir con los visitantes novedosas preparaciones rescatadas de la gastronomía tradicional chilena.

[cita]La comunidad, desde  una visión ciudadana, ha venido apropiándose con más fuerza de compartir sus propias visiones patrimoniales, es así como hoy son los vecinos y sus organizaciones los que comparten elementos y vivencias atesorados por años.[/cita]

Adicionalmente la comunidad, desde  una visión ciudadana, ha venido apropiándose con más fuerza de compartir sus propias visiones patrimoniales, es así como hoy son los vecinos y sus organizaciones los que comparten elementos y vivencias atesorados por años. Experiencias  como las del Barrio Yungay desarrollada por la Escuela de Guías del Patrimonio o la de la Ruta de la Salud liderada por Cultura Mapocho, son ejemplos de esfuerzos locales para compartir la historia de nuestra ciudad y su gente.

En este contexto llama la atención como los visitantes repletan  los accesos a edificios y experiencias patrimoniales, esforzándose en participar en la mayor cantidad de actividades durante el día. Con el fin de facilitar la organización de la agenda, se ha implementado una aplicación para Iphone y Android que permite, a través de un mapa interactivo entregar información de toda la oferta patrimonial disponible durante este día en Chile (www.diadelpatrimonio.cl). De esta forma, la demanda cultural por el día del patrimonio ha venido año a año en aumento, sin mediar grandes promociones ni esfuerzos publicitarios sustantivos. La comunidad corre la voz, hace pública sus experiencias en las redes sociales, comenta con sus amigos y familiares aquella visita memorable que realizó o sueña realizar, siendo el motor que motiva su desplazamiento y disposición a consumir cultura.

Considerando el éxito de esta actividad es posible preguntarse: ¿si la oferta de cultura y patrimonio aumentara a más de un día al año, en condiciones similares a las del día del patrimonio, se mantendría el interés por acceder a ella?, la respuesta podría tener más de un matiz: algunos dirían que no, porque la gente solo va por la novedad, sin embargo al reconocer el real y creciente interés de la población por acceder al patrimonio, al ver a cientos de personas esperando una o más horas para tomar un tur guiado o ingresar a un edificio patrimonial, podemos considerar que la respuesta es sí,  sin duda el patrimonio genera atractivo y la carencia de disponibilidad nos pone en presencia de demanda insatisfecha, tanto a nivel nacional como internacional.

En este contexto una opción para dar acceso regular al patrimonio  cultural, es combinar la demanda local con la de turistas que se desplazan y pernoctan en las ciudades con valor patrimonial. En este sentido la perspectiva del patrimonio turístico que se ha venido conjugando desde hace algunos años, implica tres elementos esenciales: en primera instancia que quienes ostentan el patrimonio estén dispuestos a compartirlo y consientes de los impactos que esto puede traer,  la segunda y como un corolario a la anterior es que se puedan tomar todas las precauciones para resguardar el valor material e inmaterial del patrimonio compartido y la tercera, que efectivamente  el patrimonio genere interés en los visitantes, evitando falsas motivaciones que ponen en riesgo la experiencia y el patrimonio.

Desde esta perspectiva la oportunidad de aumentar la oferta patrimonial requiere de acciones concretas de los tres actores del proceso: del Estado se requiere gestión, que permita seguir coordinando a los diferentes actores, no sólo un día del año, generando agendas patrimoniales, reforzando la infraestructura pública y potenciando las aplicaciones tecnológicas de difusión y contenido; de quienes ostentan el patrimonio,  en la medida de su interés en compartirlo, lograr estar disponibles en más de una oportunidad al año, capacitarse en el proceso de conservación, puesta en valor e interpretación del patrimonio, gestionar mecanismos de apoyo o financiamiento para asegurar la oferta; y finalmente los visitantes,  tanto residentes como turistas,  visitar en más de una oportunidad al año los tesoros patrimoniales que esconde nuestro país, difundiendo sus experiencias.

Finalmente debemos de tener en cuenta que el turismo puede representar para el patrimonio ingresos, vitalidad y relevancia, pero es fundamental cuidarlo del mercantilismo abusivo y mal entendido que, produciendo la trivialización del mensaje y del contexto patrimonial, termina siendo contraproducente incluso para el propio interés turístico.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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