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La izquierda exquisita Opinión

La izquierda exquisita

Así es la “Izquierda Exquisita” chilensis, que lleva como candidata presidencial a una ex presidenta que, llegando de Nueva York, se toma vacaciones en su casa del lago Caburgua mientras rompe vestiduras por la desigualdad del ingreso, por la concentración de la riqueza y por la situación de los más pobres (que en parte importante se profundizaron en su propio gobierno).


Mucho se ha dicho sobre las consecuencias de un posible triunfo de Michelle Bachelet en las próximas elecciones: que gobernaría con una Concertación distinta a la que hemos conocido, que lo haría con una coalición más radicalizada, más de izquierda y, por último, más chavista.

Esos temores son ciertos, pero creo que la verdadera cara de un eventual gobierno de Bachelet es otra; de ganar las elecciones de noviembre, lo más probable es que gobierne con un nuevo engendro de la política nacional: la “Izquierda Exquisita”.

La “Izquierda Exquisita” (también conocida como “Radical Chic”), es un término creado por el escritor y periodista norteamericano Tom Wolfe (llamado por algunos el padre del “nuevo periodismo”) a fines de los años sesenta, con el cual intentaba reflejar las características de la izquierda norteamericana frente al desafío de los nuevos movimientos sociales.

[cita]Ejemplos en nuestro país de esa “Izquierda Exquisita” sobran. De hecho, fue la protagonista del boom de las universidades privadas y muchos de sus dirigentes terminaron como importantes dueños o socios de varias de éstas. Basta ver que hasta el Partido Comunista chileno es dueño de una universidad privada (Arcis), la cual además tiene bastante que explicar sobre el lucro en sus recientes operaciones de transferencia de propiedad.[/cita]

Esta “Izquierda Exquisita” refiere a esa clase dirigente (mayoritaria en Chile) que se siente de izquierda por el “estilo”, por el atractivo romántico de las causas, por la nostalgia de un pasado realmente de izquierda o por esa necesidad de redimirse con algo (lo que sea), pero que, en el fondo, son parte integral del sistema que tanto dicen criticar.

Ejemplos en nuestro país de esa “Izquierda Exquisita” sobran. De hecho, fue la protagonista del boom de las universidades privadas y muchos de sus dirigentes terminaron como importantes dueños o socios de varias de éstas. Basta ver que hasta el Partido Comunista chileno es dueño de una universidad privada (Arcis), la cual además tiene bastante que explicar sobre el lucro en sus recientes operaciones de transferencia de propiedad.

Sin embargo, esto no ha sido problema para que nuestra “Izquierda Exquisita” intente representar al movimiento estudiantil, criticando fuertemente el lucro en la educación. Está de moda, es popular, es el “estilo”, pero en el fondo…

Cómo no recordar también esas aguerridas imágenes de la presidenta comunista de la CUT mientras encabezaba una marcha por los derechos de los trabajadores vistiendo una “Radical Chic” parca “North Face”.

Así es la “Izquierda Exquisita” chilensis, que lleva como candidata presidencial a una ex Presidenta que, llegando de Nueva York, se toma vacaciones en su casa del lago Caburgua mientras rompe vestiduras por la desigualdad del ingreso, por la concentración de la riqueza y por la situación de los más pobres (que, en parte importante, se profundizaron en su propio gobierno).

Para qué hablar de la cantera por excelencia de la “Izquierda Exquisita” chilena como lo fue el MAPU, cuyos miembros hoy en día son los mayores lobbistas empresariales del país, y que se pueden ver sentados en cuanto directorio de gran empresa existe, a saber, eléctricas, la banca, AFP, retail y tantas otras. Todas, por supuesto, empresas que representan el monstruo de las siete cabezas del Apocalipsis y a las que denuncian con espanto en columnas y programas de radio o televisión, con sentidos llantos, pero en el fondo…

Esta es la “Izquierda Exquisita” chilensis, que hace poco se cortaba las venas por la falta de democracia en nuestro país y, sin embargo, se negó a realizar primarias parlamentarias. Gritan por más democracia, pero en el fondo…

Esta es la nueva fuerza política que reemplazará a la antigua Concertación: la “Izquierda Exquisita”, en el fondo, totalmente cómoda con el “modelo”, pero en las formas, decidida a combatirlo, y que hoy en día, además, suma con orgullo a un nuevo miembro al club, nada menos que al ahora “Radical Chic-PC chileno”.

Así que no haga caso cuando vea grandes anuncios de empezar el país de nuevo, prácticamente de cero: nueva Constitución, asamblea constituyente y todos los delirios que se les ocurran, porque son sólo bravatas. Recuerde, Bachelet y toda su “Izquierda Exquisita” hace tiempo que se vendieron, porque en el fondo…

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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