Publicidad

Nuestra salud, en crisis terminal

Matías Goyenechea
Por : Matías Goyenechea Director Fundación Creando Salud
Ver Más

Dada la imposición de la lógica de la subsidiariedad el Estado financia el lucro de las clínicas privadas, esto se realiza mediante la transferencia de pacientes desde el sistema público al privada, bajo el esquema de los subsidios a la demanda, este flujo constante de pacientes y recursos públicos a producido una expansión gigantesca de la oferta privada, en detrimento de la oferta pública, la cual se ha reducido constantemente producto de este desangramiento constante (desde hace 35 años).


La salud en chile está en una crítica, tanto la salud privada como también la pública. En el último tiempo hemos visto un sinnúmero de señales de esta situación, como por ejemplo: las constantes alzas en los precios de los planes de salud privados, esto en paralelo, a incrementos históricos en las utilidades de las Isapres, ligado a lo anterior el fenómeno de la judicialización por las alzas unilaterales en los planes. Por otro lado en la salud pública se aprecian síntomas como: los ya normales colapsos de las urgencias, los centros de atención primaria sin médicos ni fármacos para atender a la población, a esto debemos sumar los estallidos que se han producido a nivel regional, donde se pone en relieve la precariedad de la salud pública desde Aysén hasta  Tocopilla, pasando por la reciente movilización que se realizó en Chiloé, y la movilización de la población de Buin y Casablanca reclamando por un mejorar el acceso a recintos hospitalarios.

Nuestro sistema de salud es desigual, esto se expresa en el gasto per cápita por beneficiario, donde en el sistema público gasta la mitad de lo que se gasta, por persona en el sistema privado. Además es un sistema segregado por el efecto que producen las Isapres al generar una selección de sus afiliados en función del riesgo a enfermar de cada individuo, produciendo que los grupos más propensos a enfermar deban migrar a la red pública.

La salud privada es un sistema que tiene como su objetivo existencial,  la obtención de utilidades, es decir son empresas que  lucran con los recursos destinados a un derecho, como lo es la salud. Cuando el objetivo esta puesto en el negocio y la obtención de utilidades, lo que esto produce es una salud con altos niveles de segregación y desigualdad, donde la población es segregada por su capacidad de pago (ingresos) y por el riesgo a enfermar (se discrimina a aquellos grupos que son más propensos a contraer enfermedades).  Los problemas del sistema privado de salud, los podemos constatar en los fallos del Tribunal Constitucional al cuestionar la tabla de factores de riesgo (mecanismo mediante el cual se discrimina a grupos más propensos a contraer enfermedades), así también por los miles de sentencias de diversos tribunales, respectos de las alzas unilaterales que imponen las Isapres a sus cotizantes.

[cita]Dada la imposición de la lógica de la subsidiariedad el Estado financia el lucro de las clínicas privadas, esto se realiza mediante la transferencia de pacientes desde el sistema público al privada, bajo el esquema de los subsidios a la demanda, este flujo constante de pacientes y recursos públicos a producido una expansión gigantesca de la oferta privada, en detrimento de la oferta pública, la cual se ha reducido constantemente producto de este desangramiento constante (desde hace 35 años).[/cita]

La salud pública por otro lado, se encuentra en un proceso lento y controlado de desmantelamiento, proceso que tiene más de 35 años profundizándose. Este proceso va aparejado de una creciente mercantilización generado por la lógica subsidiaria del Estado, que termina acelerando el proceso de descomposición del que antes fuera un ejemplar sistema de salud pública a nivel mundial. La lógica de mercado en la red pública busco generar  un “mercado interno” de compra y venta de atenciones de salud, esto implico que todas las atenciones tuvieran “precios”, el problema es que estos precios no tienen ninguna relación al costo real de la atención, lo que genera una enorme brecha entre el arancel que paga Fonasa y el costo que el establecimiento que presta la atención tiene,  la consecuencia de esto es un deterioro de la red pública. Dada la imposición de la lógica de la subsidiariedad el Estado financia el lucro de las clínicas privadas, esto se realiza mediante la transferencia de pacientes desde el sistema público al privada, bajo el esquema de los subsidios a la demanda, este flujo constante de pacientes y recursos públicos a producido una expansión gigantesca de la oferta privada, en detrimento de la oferta pública, la cual se ha reducido constantemente producto de este desangramiento constante (desde hace 35 años).

Los problemas de la salud en Chile tienen su raíz en la dictadura, al rediseñar  la lógica del  Estado, llevándolo a la subsidiariedad  y promoviendo la generación de mercado en nuestros derechos sociales, sin embargo el termino de la dictadura no implico un cambio, y en los 20 años que siguieron se continuo incólume este proceso de descomposición y mercantilización de la salud. Hoy existe una urgencia en producir cambios, sin embargo, los cambios en salud solo serán posibles en la medida que de exista un movimiento social por la salud que sea capaz de incidir en la agenda para empujar una reforma estructural en salud.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias