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Elecciones en Argentina: y el Kirchnerismo aguantó la tormenta perfecta

Iván Borcoski
Por : Iván Borcoski Secretario Ejecutivo AChM
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El Frente para la Victoria, tras las elecciones del domingo, mantiene 37 senadores de un total de 72 que componen la cámara alta y, en cuanto a diputados, de un total de 257 diputados nacionales, el kirchnerismo y sus aliados tenían hasta el domingo 127 escaños y luego de las elecciones tiene 132. O sea, ganó cinco diputados.


Las elecciones legislativas y municipales del pasado domingo 27 de octubre se dieron en el peor de los escenarios para el Kirchnerismo. En efecto, en el mar de fondo de la política argentina se estaban generando las condiciones para la tormenta perfecta. CFK, la indiscutida líder, enferma y ausente de la conducción, múltiples acusaciones de corrupción, en especial dirigidas al vicepresidente Amado Boudou, el gobernador de San Juan , José Luis Giogia, aliado del kirchnerismo, accidentado gravemente tras la caída de un helicóptero en el que falleció una diputada K. En resumen, un clima adverso, muy adverso. Sumémosle a Sergio Massa, ex aliado K y su Frente Renovador, abriéndose por la derecha.

Los medios chilenos han informado profusamente sobre la derrota electoral del kirchnerismo, sin embargo, hay que examinar los datos y mirar con más detalles la política argentina para darse cuenta de que el  resultado no fue el mejor para Cristina, pero está lejos de ser una derrota.

El Frente Para la Victoria, FPV, coalición que sostiene al kirchnerismo, sigue siendo la primera fuerza nacional con un 33% de los votos. Aunque lo correcto sería señalar que el FPV es la única fuerza con representación en toda la Argentina, seguida a varios cuerpos por el radicalismo.

El carácter de país federal de los trasandinos, hace que en las diversas provincias se expresen fuerzas políticas importantes, pero muchas de ellas tienen solamente presencias locales específicas.

Examinemos algunos casos de los liderazgos que tuvieron buenos resultados el domingo pasado.

Por el lado del socialismo, si bien Binner obtuvo un gran resultado, su partido socialista está básicamente instalado en la Provincia de Santa Fe. Lo mismo De La Sotta, gobernador de Córdoba, que tiene en Unión por Córdoba su sostén político que, sin embargo, no tiene expresión en otros puntos del país.

El caso de la derecha macrista es similar, pues el Alcalde de Buenos Aires, cuyos candidatos tuvieron un buen desempeño en ese territorio, no ha conseguido que su partido, el PRO, logre prender en otras provincias argentinas, con la excepción de Santa Fe, donde el humorista picaresco Miguel Del Sel obtiene un cupo como legislador nacional.

En Buenos Aires la alianza UNEN, una agrupación de centro-izquierda encolumnada tras Elisa Carrió y el cineasta Pino Solanas, exhibió un buen desempeño eligiendo a ambos diputada y senador, respectivamente, pero no parecen crecer más allá del electorado bonaerense.

En vista de las elecciones presidenciales del 2015, ninguna de estas fuerzas parece conseguir crecer hasta convertirse en una fuerza nacional capaz de enfrentar y derrotar al kirchnerismo. Y la creación de puentes entre ellos es bastante difícil. Ya anteriormente, Hermes Binner ha dicho que no tiene nada que ver con Macri y, en cuanto a UNEN, hay que señalar que a Lilita Carrió, exultante ante sus adherentes la noche del 27 de octubre, se le ocurrió saludar a su amiga Gabriela Michetti, recién electa senadora del PRO, recibiendo una gran rechifla de sus partidarios, pues en UNEN tampoco quieren aliarse con la derecha macrista.

El mismo Sergio Massa, del Frente Renovador, que se impuso en la Provincia de Buenos Aires al candidato K Martín Insaurralde, recién terminada la elección, ha comenzado a intercambiar una serie de cruces verbales con Mauricio Macri, su aliado hasta el domingo recién pasado.  Macri, ex presidente de Boca Juniors, anunció en medio de las celebraciones dominicales que será candidato a la presidencia en 2015 y parece que hasta ahí llegó el acuerdo con el ex kirchenerista Intendente de Tigre, que también tiene aspiraciones presidenciales.

Es decir, es muy probable que el kirchnerismo enfrente una elección presidencial a varias bandas, en las que pesará notoriamente su condición de fuerza política nacional hegemónica frente a un disperso mapa de fuerzas opositoras de distinto signo.

Y volviendo a las cifras, los porfiados números no mienten. El Frente para la Victoria, tras las elecciones del domingo, mantiene 37 senadores de un total de 72 que componen la cámara alta y, en cuanto a diputados, de un total de 257 diputados nacionales, el kirchnerismo y sus aliados tenían hasta el domingo 127 escaños y luego de las elecciones tiene 132. O sea, ganó 5 diputados. Esos números no son indicadores de derrota alguna y, por el contrario, demuestran que el kirchnerismo, con su Kapitana enferma, pudo aguantar el  viento y la marea de lo que parecía ser la tormenta perfecta.

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