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Providencia y la positiva evidencia internacional sobre horas de venta de alcohol Opinión

Providencia y la positiva evidencia internacional sobre horas de venta de alcohol

Sebastián Peña
Por : Sebastián Peña Médico salubrista, Investigador visitante, Instituto Nacional de Salud y Bienestar, Finlandia
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La disminución de las horas de venta de alcohol se traduce en beneficios sustanciales de mejoras en la seguridad ciudadana y una reducción dramática de los daños asociados al alcohol. El supuesto impacto económico en los locales nocturnos no posee evidencia suficiente en la literatura internacional.


La decisión de la Alcaldesa Josefa Errázuriz ha desatado una ola de críticas por parte de los dueños de locales nocturnos, algunos vecinos y líderes de opinión. La nueva regulación establece cinco territorios –barrios Bellavista, Santa Isabel, Manuel Montt y ejes Tobalaba, Providencia y Nueva Providencia– cuyas botillerías cerrarán a las 23:00 horas (22:00 en Bellavista) y los bares y restaurantes a las 2:00. Esto, utilizando las facultades de la Ley de Alcoholes que permite a los municipios establecer regulaciones más estrictas que la ley nacional.

Por su parte, los locatarios han argumentado que la medida perjudica el turismo y producirá una baja del 30% en las utilidades del comercio en la comuna.

Al respecto, cabe señalar que, en un estudio reciente, realizamos una revisión exhaustiva de la literatura para evaluar la evidencia internacional que apoya la regulación de la disponibilidad de alcohol. La evidencia muestra que la regulación de la disponibilidad, junto con el aumento de precios y la restricción del marketing, son las medidas más costo-efectivas para reducir el consumo y daños asociados al alcohol.

En el estudio encontramos intervenciones de Australia, Alemania, Brasil, Canadá, Inglaterra, Gales, Finlandia, Noruega y Suecia. La evidencia muestra que restringir los horarios de venta es una medida efectiva para reducir los daños asociados al alcohol, tales como delitos, asaltos, peleas, lesiones, accidentes de tránsito e ingresos a los servicios de urgencia. No existe evidencia suficiente que demuestre que disminuir los horarios reduzca el consumo de alcohol.

[cita]Cabe señalar que, en un estudio reciente, realizamos una revisión exhaustiva de la literatura para evaluar la evidencia internacional que apoya la regulación de la disponibilidad de alcohol. La evidencia muestra que la regulación de la disponibilidad, junto con el aumento de precios y la restricción del marketing, son las medidas más costo-efectivas para reducir el consumo y daños asociados al alcohol.[/cita]

 En Diadema, Brasil, una ley que establecía un cierre de venta a las 23 horas disminuyó los homicidios en un 47% y los accidentes de tránsito en 48%. En Newcastle, Australia, una reducción de horario similar al de Providencia (de 5:00 a 3:30) redujo los asaltos en un 37%, evitando 33 nuevos asaltos por mes. En Tennant Creek, Australia, dos años después de la introducción de un horario de venta en botillerías de 12:00 a 21:00, esto se tradujo en una disminución de delitos e ingresos hospitalarios. Por el contrario, aquellos países o regiones que optaron por relajar los horarios de venta, como Inglaterra y Gales, Ontario (Canadá), Reikiavik (Islandia), han aumentado los daños por alcohol. En Noruega, cada extensión adicional de 1 hora de locales de venta de alcohol se asocia con un aumento del 16% de los delitos violentos. Los estudios no recomiendan la zonificación, ya que se produce migración de consumidores a zonas con menor restricción, trasladando los daños en vez de reducirlos. Esto debería ser considerado por los alcaldes interesados en temas de seguridad y calidad de vida de los habitantes de su comuna.

La disminución de las horas de venta de alcohol se traduce en beneficios sustanciales de mejoras en la seguridad ciudadana y una reducción dramática de los daños asociados al alcohol. El supuesto impacto económico en los locales nocturnos no posee evidencia suficiente en la literatura internacional.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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