La UDI tiende a ser muy radical cuando se trata de perseguir o castigar a los mapuches, los anarquistas o los “revolucionarios”, pero se adormece cuando los delitos provienen de las empresas, por ejemplo, la colusión de las farmacias o de las empresas de pollos; abusos (generalmente apoyados por el carácter monopólico de la actividad) como en las Isapres, las AFP, Metrogas o las concesionarias; y muchos otros casos.
“Solo son rumores”, dijo el actual Presidente de la UDI, refiriéndose a los aportes reservados que las empresas entregan a los parlamentarios. Esto es parte de la hipocresía que rodea a la política instalada en Chile; más aún cuando él mismo es el que más dinero recibe por esta modalidad. Fueron necesarios varios años para que se aceptara que la dictadura de Pinochet había violado de la manera más atroz todos los derechos humanos. Fueron necesarios más de 20 años para llamar a la dictadura con ese obvio nombre. Fueron necesarios decenas de años para saber que la Colonia Dignidad fue un centro nazi que, además, personeros de la UDI todavía intentan defender.
Chile necesita cambiar. Necesitamos construir un país para el futuro sin las plagas del pasado. Un país que imagine que todos tenemos espacio para existir, desarrollarnos, entretenernos. Un Chile del cual seamos orgullosos de pertenecer. Un país sin exclusiones ni prejuicios, pero también sin violencias ni amenazas. Ciertamente, esto puede parecer utópico pero allá debemos poner nuestras fuerzas.
La discusión acerca de la podredumbre de la política es muy lógica. Se ve a políticos recibiendo millones de pesos desde las empresas y, por cierto, ninguno de ellos se da por aludido. Algunos, como el senador Moreira, cuyo chofer recibía suculentos cheques, pidió sus e-mails en el Parlamento. La opinión pública cree que es para asegurar una eventual defensa sobre el Pentagate. Es cierto que muchos parlamentarios reciben aportes de empresas.
[cita] La UDI tiende a ser muy radical cuando se trata de perseguir o castigar a los mapuches, los anarquistas o los “revolucionarios”, pero se adormece cuando los delitos provienen de las empresas, por ejemplo, la colusión de las farmacias o de las empresas de pollos; abusos (generalmente apoyados por el carácter monopólico de la actividad) como en las Isapres, las AFP, Metrogas o las concesionarias; y muchos otros casos. [/cita]
Asimismo, es hora de que se termine con esta práctica, porque las empresas no podrían aportar recursos sino para mejorar sus ingresos. Es necesario transparentar los aportes en política. Pero también colocar límites a los gastos en las candidaturas. Esto no es difícil. En Francia, Jack Lang, uno de los delfines de F. Miterrand, fue destituido de un puesto en el Parlamento porque se comprobó que había gastado en campaña electoral más de lo que estaba permitido. ¡En Chile no hay castigo alguno!
La UDI tiende a ser muy radical cuando se trata de perseguir o castigar a los mapuches, los anarquistas o los “revolucionarios”, pero se adormece cuando los delitos provienen de las empresas, por ejemplo, la colusión de las farmacias o de las empresas de pollos; abusos (generalmente apoyados por el carácter monopólico de la actividad) como en las Isapres, las AFP, Metrogas o las concesionarias; y muchos otros casos.
En los próximos tiempos debemos considerar que las Isapres deberán encargarse de seguros complementarios; que deberá haber una AFP estatal a la cual seguramente se cambiará una enorme mayoría de la población, porque las actuales AFP cobran intereses descomunales.
En concreto, los tiempos cambian porque la gente cambia y se da cuenta de lo que necesita y en ese ámbito es que se debe dar la discusión del futuro.