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Ampuero, ¿por qué no te callas?

Porque habla muy mal de usted, señor Ampuero. Porque ser comunista en los 70 y de derecha con Piñera huele a oportunismo, mírese por donde se mire. ¿Qué pasaría si este sistema horrible que nos gobierna –recordemos que en el capitalismo mueren de hambre niños, en un planeta que produce alimentos de sobra– dejara de existir y fuera cambiado por otro, parecido al que soñaron tantos en los 70, un mundo mejor?


El señor Roberto Ampuero ha publicado una nueva novela, Detrás del muro. Este libro narra las tristes vivencias de un chileno detrás de la Cortina de Hierro, en la fenecida República Democrática Alemana (RDA). Seguramente el autor no negará que se basa en su propia vida, ya que residió allí en 1974, y luego entre 1979 y 1982, según él mismo ha dicho.

De forma conveniente, el libro ha sido lanzado justo cuando se conmemoran 25 años de la caída del Muro de Berlín. ¿Habrá sido una idea del autor? ¿O fue su editor el que le dijo “Roberto, tú viviste en la RDA, ¿por qué no escribes algo de eso, ahora que se viene un aniversario importante? Seguro se va a vender bien”.

Obviamente tenía razón, como buen editor. Se vende bien. Tal como se vendió bien Nuestros años verde olivo (1999), donde el señor Ampuero también se dedica a dejar muy mal parado a Cuba, país que lo recibió –y muy bien– cuando él era uno de los miles de chilenos condenados al exilio, que andaba con una mano atrás y otra adelante.

En Detrás del muro, el señor Ampuero vuelve a hacer lo mismo. Muerde la mano que le dio de comer. Cuba se pudo defender, la RDA no puede. Está muerta y enterrada, como Erich Honecker, muerto y enterrado en Chile en 1994. O tal vez no. Tal vez la RDA existe en el corazón de muchos chilenos que allí vivimos y que, a diferencia del señor Ampuero, le estamos agradecidos, porque nos dieron vivienda, salud y educación, cuando en nuestro propio país en cambio nos daban secuestro, tortura y cárcel, cuando no la muerte.

[cita]Porque habla muy mal de usted, señor Ampuero. Porque ser comunista en los 70 y de derecha con Piñera huele a oportunismo, mírese por donde se mire. ¿Qué pasaría si este sistema horrible que nos gobierna –recordemos que en el capitalismo mueren de hambre niños, en un planeta que produce alimentos de sobra– dejara de existir y fuera cambiado por otro, parecido al que soñaron tantos en los 70, un mundo mejor?[/cita]

Chilenos que no andamos pelando a nuestros anfitriones de aquella época, que nos recibieron como muchos otros países lo hicieron.

Mi padre, que tendrá muchos defectos pero también algunas virtudes, me enseñó que una cosa que hay que ser en la vida es: “Agradecido”. Algo que, al parecer, el padre del señor Ampuero no le enseñó a su hijo.

Convengamos una cosa: Cuba y la RDA tienen (tuvieron) muchas cosas horribles. Cometieron errores y horrores, como muchos de nuestros padres. Pero, como nuestros padres, fueron producto de las circunstancias, sin duda, que no viene al caso mencionar acá. Y que, como los padres, hay que respetarlos.

Insultar, criticar, pelar al país que le dio acogida, señor Ampuero, es como atacar a su madre, señor Ampuero, que le cambiaba los pañales cuando usted no sabía ni su nombre. Hacerlo una vez, como hizo con Cuba, ya es grave, último. Pero dos, porque ahora se ensaña usted con la RDA, que le dio techo y comida, es peor. Eine Schande, como dirían los alemanes.

Porque habla muy mal de usted, señor Ampuero. Porque ser comunista en los 70 y de derecha con Piñera huele a oportunismo, mírese por donde se mire. ¿Qué pasaría si este sistema horrible que nos gobierna –recordemos que en el capitalismo mueren de hambre niños, en un planeta que produce alimentos de sobra– dejara de existir y fuera cambiado por otro, parecido al que soñaron tantos en los 70, un mundo mejor?

¿Escribiría entonces usted un libro sobre el Chile de Piñera, criticándolo, hablando mal de la embajada que le dio en México? ¿Pelaría el Ministerio de Cultura, que usted encabezó? ¿Diría que en realidad estaba equivocado defendiendo “la libertad” (de los capitales)?

El daño está hecho, señor Ampuero. No lo invito a una autocrítica pública a lo Mao, Dios me libre. Con su silencio bastaría. En serio.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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