Podemos entender la postura de aquellas personas, pero más allá y más importante es escuchar al pueblo y no imponer las convicciones de esos pocos que nos representan, la Ley debe progresar de acuerdo a nuestra época.
En Esparta, sino eras sano o fuerte, no eras apto para la polis, por lo que se lanzaban a los recién nacidos al barranco por considerarlos incapaces de sobrevivir. Guardando las proporciones, el proyecto de aborto en Chile no está muy lejos de la lógica espartana, dada una de las hipótesis en que se funda el proyecto aborto.
En Chile el aborto está prohibido y sancionado por el Código Penal y distingue tres criterios: el causado por un tercero cualquiera o un tercero no facultativo, el causado por la propia mujer embarazada y el causado por facultativos. Con facultativo, se entiende un profesional con título universitario, relacionado con la conservación y restablecimiento de la salud. Las penas en la comisión de este delito van desde el presidio menor en su grado mínimo a presidio mayor en su grado medio, y quedan excluidas situaciones como el embarazo ectópico, y situaciones de riesgo vital para la madre.
El proyecto de aborto tiene un punto relevante a destacar, que es el caso de violación, el fundamento es la situación de poder y violencia que es propia de la agresión sexual, y pensando en este acto de brutalidad, ¿debemos obligar a una mujer tener ese hijo no deseado? Recordemos que en este caso estamos ante la ausencia del consentimiento de la mujer agredida, cuya consecuencia es un embarazo no deseado y a esta afectación debemos agregarle además el daño psicológico continuo de verse en un estado, que va más allá del nacimiento, por ende, la causal de interrupción del embarazo por violación sexual es lo que se pretende aprobar.
Por otro lado, también se busca conciliar la razón y moral de un país, razón que muchas veces se encuentra limitada dado el momento socio-cultural que vivimos. Chile es muy conservador por sus creencias religiosas, pero es evidente que tanto hombres como mujeres quieren que esta ley se apruebe. Nuestros derechos fundamentales como el de organización y la libre expresión, nos han demostrado en reiteradas marchas que nuestra sociedad está de acuerdo, pero es lamentable darse cuenta que la decisión recae en pocas personas muy conservadoras.
Podemos entender la postura de aquellas personas, pero más allá y más importante es escuchar al pueblo y no imponer las convicciones de esos pocos que nos representan, la Ley debe progresar de acuerdo a nuestra época. Sin embargo, hay una pregunta importante que hacernos ¿Chile está preparado para esta Ley? Por mi parte, creo que estamos atrasados en esta materia y necesitamos regular esta situación cuanto antes.
¿Estamos dispuestos a dejar morir a jóvenes que no tuvieron la educación sexual suficiente? Sólo el año pasado muchas jóvenes que se practicaron abortos mediante pastillas murieron desangradas sin recibir atención médica por temor ¿Es esto correcto?, por supuesto que no, tenemos el derecho a la salud, la obligación de las instituciones medicas es ayudar a las personas y sus necesidades.
En el caso de la Red Salud UC, no podemos entender que un rector de una universidad quiera pasar por sobre la ley, y más aún no prestar el auxilio que por ley tenemos derecho, ley que debe ser acatada por todos, y sancionar a quienes la quebrantan. ¿Quién en su sano juicio dejaría morir a una persona porque piensa diferente? En el mismo sentido, es necesario dar educación sexual de mejor calidad, no es un secreto que actualmente los jóvenes despiertan sexualmente a una edad promedio de los 12 años, por lo que el proyecto de aborto es solo una parte del problema, pues mediante ley y educación creo que estas cifras pueden mejorar, y de paso muchas vidas se pueden salvar. Ahora bien, y para terminar, dada la relevancia del tema en cuestión, les quiero dejar una pregunta, ya que la mujer es la que decide si aborta o no ¿el hombre también debería tener el mismo derecho?
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