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Chile: una oportunidad para recuperar “El Milagro”

Sergio Ossa
Por : Sergio Ossa President, Latin America, Alexander Proudfoot SpA.
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Debemos despertar del asombro e incredulidad, se debe asumir como desafío impulsar las empresas como motor de desarrollo del “milagro” latinoamericano. Sin duda, con esto ganarán estabilidad, credibilidad y respeto.


En una columna publicada en el diario Financial Times se señala que, durante 30 años, Chile ha sido un laboratorio de economía de libre mercado, diseñado por Milton Friedman, el padrino de la economía de Chicago, quien una vez describió el éxito de Chile como un “milagro”. Sin embargo, ahora el país más próspero de América Latina puede estar revirtiendo el experimento. En la columna se menciona que la preocupación por la situación económica del país, por parte de quienes están a favor del modelo de libre mercado, se explica por las reformas que lleva a cabo el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. El problema es que muchos temen que las medidas promovidas por la Mandataria podrían romper el llamado “modelo” de Chile.

A un año de asumida la nueva administración encabezada por la Presidenta Michelle Bachelet, asistimos a un complejo escenario político, desatado por connotados y mediáticos casos de corrupción y tráfico de influencias, que han puesto en tela de juicio nuevamente la credibilidad de la clase política y el rol del empresariado. Claramente, las malas prácticas entronizadas en la política no deben hacernos perder el foco en cuanto a la necesidad de estabilidad y confianza para el país.

[cita] Debemos despertar del asombro e incredulidad, se debe asumir como desafío impulsar las empresas como motor de desarrollo del “milagro” latinoamericano. Sin duda, con esto ganarán estabilidad, credibilidad y respeto.[/cita]

Un dato auspicioso, que quiebra la tendencia a la baja, es que Chile subió un puesto (33), en el índice de Competitividad Global, dado a conocer por el Foro Económico Mundial, lo que revela los desafíos que enfrenta el país para aumentar su competitividad en materia laboral, tributaria, educacional y de innovación, siendo el mejor ubicado de Latinoamérica y la estrella en esta materia de la región.

Vale la pena acotar que, de acuerdo a todos los analistas nacionales e internacionales, y en cualquier escenario político, este modelo NO es sustentable en el largo plazo sin la creación de una Industria Manufacturera potente de Bienes Transables, que agregue valor a nuestras materias primas –hoy comercializadas solo como commodities–, en que, mediante fuertes incentivos por parte de las autoridades económicas, cree las condiciones para la innovación e inversión de empresarios locales e internacionales.

Los importantes montos de Inversión Extranjera Directa que hemos observado en los últimos meses, han estado fundamentalmente dirigidos a la adquisición de empresas existentes, no a la formación de nuevas empresas que, enfocadas en generar valor agregado en la manufactura, creen nuevos empleos y den paso a una participación activa de Universidades y Centros de Formación Técnica, para Innovar en la “forma en que se ejecutan e implementan” los planes y estrategias de tales compañías. Una buena estrategia pobremente implementada, es mucho peor que una ejecución de clase mundial de una Estrategia con cierto nivel de imperfecciones.

Crear nuevas empresas que agreguen valor en sus procesos sería el “nuevo gran milagro”.

Este sintomático antecedente no debe ser aplastado por el innegable peso de los acontecimientos que marcan la agenda nacional. ¿Qué hacer en este marco?, ¿qué rol deben cumplir las empresas y, por cierto, sus ejecutivos?

Quizás el bien más preciado en cuestión, en la actual coyuntura, es la confianza. Bien que se ha perdido brutalmente en el contexto político y empresarial y, dada esa situación, el rol del empresariado y sus ejecutivos es tomar el toro por las astas y asumir un liderazgo o, dada la situación, recuperar el liderazgo.

Difícil tarea, pero no imposible. Requiere de un trabajo arduo que incorpora no sólo a ejecutivos, sino a todos quienes forman parte de la empresa; una fuerza de trabajo alineada y comprometida puede mejorar rápidamente la calidad y los niveles de servicio, excelencia Operacional, Procesos diseñados e implementados con métricas (KPI´s) asociadas y una fuerza laboral alineada a los mismos. Mejora la credibilidad, compromete y forma parte de las decisiones.

En este sentido la solidez, tanto de una relación comercial, de un equipo de trabajo, de las empresas y prácticamente de cualquier conjunto de la sociedad, se basa en la confianza que existe entre sus miembros. Ante la falta de confianza, la duda y la inquietud nos reprime y paraliza, ya que no nos deja actuar, dificulta la toma de decisiones, inhibe la iniciativa, se deja de producir… en fin deteriora nuestra labor y en la mayoría de las ocasiones cuesta muy caro.

Debemos despertar del asombro e incredulidad, se debe asumir como desafío impulsar las empresas como motor de desarrollo del “milagro” latinoamericano. Sin duda  con esto ganarán estabilidad, credibilidad y respeto.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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