Esto tiene como consecuencias una mejor calidad de vida para el paciente, un mayor control por parte del equipo médico, una liberación de recursos críticos aumentando la capacidad de la red hospitalaria, y una sensación de seguridad para los familiares de los pacientes.
La globalización de las comunicaciones y la masificación de internet no sólo han permitido el desarrollo de la economía y la educación, entre otras áreas de las sociedades, sino que también han sido un gran aliado de la medicina y de tendencias actuales como la Salud Conectada.
Pero, qué significa este nuevo concepto. Por Salud Conectada entendemos al conjunto de prestaciones y servicios de medicina a distancia, en la que para su implementación se necesita de las tecnologías de la información y comunicaciones. En ese sentido, esta disciplina se ha transformado en un apoyo al equipo médico, reforzando el vínculo entre paciente y profesionales de la salud, y permitiendo una continuidad del cuidado del paciente cuando ya no está en el hospital o clínica.
Es precisamente ese aspecto el que permite que la Salud Conectada sea una potente herramienta en la labor médica, ya que gracias a su uso los pacientes pueden realizar gran parte de sus tratamientos médicos desde la comodidad de sus casas o lugares de trabajo, al no requerir asistir periódicamente a un centro médico para continuar con su proceso de recuperación.
Asimismo, la Salud Conecta se ha transformado en un gran soporte en la nueva tendencia en materia de hospitalización: “Same-day discharge”. Esta estrategia, adoptada en la mayoría de los países desarrollados, ha sido diseñada para enfrentar el déficit de camas y disminuir costos operacionales de hospitales y del paciente. En ese sentido países como Alemania y España han desarrollado programas pilotos de gran éxito, en los que bajo estrictos protocolos y criterios de selección, se escoge a pacientes con angioplastías sencillas y se les hace reposar durante 4 a 6 horas, para posteriormente ser derivados a sus hogares en compañía de equipos de monitoreo de salud a distancia.
Queda claro que a través de iniciativas como la anteriormente indicada se puede desarrollar un control efectivo del paciente, creando un círculo virtuoso gracias al cual se pueden prevenir ciertas complicaciones médicas. Esto tiene como consecuencias una mejor calidad de vida para el paciente, un mayor control por parte del equipo médico, una liberación de recursos críticos aumentando la capacidad de la red hospitalaria, y una sensación de seguridad para los familiares de los pacientes.
Pero ¿es posible contar con estos avances en Chile? La respuesta es sí. Actualmente el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente (SSMSO) suscribió un convenio estratégico que, apoyado por Fonasa, permite monitorizar a distancia a dos mil pacientes de la zona Sur Oriente de Santiago afectados por diabetes y/o complicaciones cardiacas. Asimismo, el Complejo Asistencial Doctor Sótero del Río se encuentra desarrollando un programa experimental de Alta Temprana de Pacientes con angioplastía, el que incorpora soluciones de monitoreo y manejo a distancia de pacientes críticos, a través de agentes especializados.
Analizados estos antecedentes cabe solo preguntarse ¿por qué no se ha masificado esta modalidad médica en Chile? La respuesta puede que sea muy sencilla: simplemente porque recién estamos conociéndola. A pesar de ello, ya sabemos que funciona y que es de gran utilidad tanto para pacientes como para médicos tratantes. Ahora, por lógica, el paso siguiente debería ser el replicar estos proyectos pilotos en otros centros asistenciales del país y, con ello, apoyar el fortalecimiento de la salud pública en Chile, y continuar trabajando en pos del bienestar de los ciudadanos.
