El pasado viernes 28 de Agosto, los distintos partidos políticos y centros de pensamiento de la derecha, se dieron cita a la construcción del nuevo conglomerado que los amparará en las próximas elecciones.
Si bien es cierto, hay una tarea pendiente –que va más allá de pensar el nombre- en dar a Chile una justificación política y moral hacia donde queremos caminar como sociedad, también se debe reconocer una serie de elementos que sólo una genuina vertiente socialcristiana puede aportar y de los cuales la sociedad ha dado nociones de querer avanzar, entre los que destacan:
La preponderancia de una vida en sociedad de carácter comunitario por sobre una individualista, en donde sea el principio de solidaridad –de los cuales los principales partidos que podrían aportarlo, se remiten simplemente a entenderla como una virtud moral- el eje articulador de esta concepción de sociedad. Por ello, debe ser este principio quien permita romper con ese sesgo, conformista e indiferente, que por años ha acompañado a la derecha en Chile y que en su término coloquial se le conoce como “status quo”.
Apostar por una Economía Social de Mercado, cuya justificación no viene dada precisamente por un concepto de eficiencia y eficacia –como a muchos tecnócratas les gusta-, sino que por el contrario de ello, se cree en él por una razón política, cuyo sentido más profundo, radica en la separación de poderes respecto del Estado. Así mismo, la construcción de una genuina Economía Social de Mercado por parte del nuevo referente, debe permitir que sea –no solamente el principio de subsidiariedad en sus dos aristas- la justicia social y la libertad, los constructores de un Estado de carácter social, en donde sin duda alguna, éste debe permitir las condiciones básicas para el desarrollo humano. Sólo de esta manera, podremos apelar a ese electorado que más que un asistencialismo, desea tener una garantía que le permita poder desenvolverse con libertad y de manera segura en todas las aristas de la vida en sociedad.
[cita] Los elementos que puede aportar una mirada socialcristiana a la construcción del nuevo referente, están precisamente en dejar atrás la visión economicista y tecnocrática que tuvo el gobierno del ex Presidente Piñera, apostando por una concepción de la sociedad, basada en valores humanos y en la trascendencia. [/cita]
Permitir una opción sustentable de las instituciones, asumiendo que nuestra democracia debe ser robustecida y mejorada, mediante mejores canales de participación ciudadana, a la vez que, ésta permita resguardar la naturaleza y esencia de dichas instituciones, evitando cualquier tipo de demagogia y populismo, de la cual nuestra región no ha podido liberarse. Debemos aceptar, que no son cómodos los criterios de cuestionamiento que existen hacia ella actualmente. Pero una visión de largo plazo y futuro, exige reconocer que la participación ciudadana debe tener un grado de correlación con las mejoras económicas y sociales.
Dicho esto, los elementos que puede aportar una mirada socialcristiana a la construcción del nuevo referente, están precisamente en dejar atrás la visión economicista y tecnocrática que tuvo el gobierno del ex Presidente Piñera, apostando por una concepción de la sociedad, basada en valores humanos y en la trascendencia; en la cual se permita reconocer que muchas de las problemáticas que actualmente vive nuestro país, no se resuelven precisamente con más crecimiento económico, sino que por el contrario de ello, reconoce que Chile, al ser una comunidad de hombres, debe poner su énfasis en un auténtico desarrollo humano.
Ahora bien, reconociendo que las ideas del socialcristianismo pueden ser un aporte para la construcción del nuevo referente, en especial para matizar las corrientes liberales que puedan reconocerse en él, es necesario preguntarse cuánto de los postulados que promueve dicha corriente de pensamiento, están dispuestos a defender los partidos políticos, en especial aquellos que hasta la fecha, no han tenido una capacidad de autocrítica sobre el modelo de sociedad que se construyó en Chile.
Un primer paso puede ser, pedirles tanto al PRI como a Renovación Nacional –quien en palabras de su presidente, se encontrarían desempolvando los libros del socialcristianismo- tener que revalorizar la política como una herramienta noble y de servicio tanto para la construcción del bien común, como de las verdaderas transformaciones sociales.
Sólo este tipo de iniciativas, que no sólo buscan cuestionar el tipo de sociedad que tenemos y queremos, sino que también busca revalorizar la política en su sentido más profundo, permitirá tener un nuevo referente sólidamente construido y verdaderamente creíble, que le permita disputar palmo a palmo cada voto a la coalición gobernante.
