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La felicidad de la clase media

José Orellana Yáñez
Por : José Orellana Yáñez Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Académico de la Carrera de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Academia Humanismo Cristiano
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«Muy probablemente, ante la cercanía de las fiestas de fin de año y las vacaciones de verano, se deberán programar los mecanismos de financiamiento, los cuales muchas veces considera acceder a un nuevo crédito de consumo, préstamo familiar u otro tipo de astucia para cubrir ambas cosas».


Explicando el concepto de hegemonía a estudiantes universitarios, con el fin de entender por qué nuestro sistema político, social, económico y, muy particularmente, el cultural opera como opera, se puso un ejemplo de la cotidianeidad que, muy probablemente, se encuentra más que analizado por sociólogos y antropólogos.

El ejemplo tiene que ver con una “Persona – Ciudadano” que es capaz de insertarse en sociedad, entre otras consideraciones, por medio del acceso a la casa propia que se encuentra en orden a las 1300 UF. (+ o -), y que tiene como características 64 m2 construidos y alrededor de 90 a 100 m2 de superficie, y que en los mejores de los casos permite una ampliación, atentando contra los muy escasos espacios que existen para el esparcimiento familiar.

En este sentido, ante la estrechez de espacios para el esparcimiento familiar, existen las plazas y parques los cuales ofrecen una cantidad de posibilidades de esparcimiento múltiples como: canchas de baby futbol, juegos para niños, máquinas para realizar ejercicios físicos de diverso tipo, hasta una suerte de pistas de carrera para realizar trote. En fin, espacios que reemplazan con creces la estrechez de las casa de 1300 UF.

La promoción, logro y mantención de áreas verdes se transformó en eje estructural de las agendas locales de derechas e izquierdas para resistir y disminuir las problemáticas delincuenciales hasta los de esparcimientos cotidianos, pasando inclusive por los rasgos de identidad local. Desde aquí, en más de una oportunidad se logran los barrios modelos y con ello un paso adelante para la concreción del tan buscado desarrollo local.

Ejemplo de ello también son las casas dinámicas que ofrece el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, MINVU, mediante una serie programas y proyectos que se operacionalizan en coordinación entre los municipios, Serviu y constructoras inmobiliarias. Todo esto formalizado en los instrumentos de planificación territorial como son los planes reguladores comunales, intercomunales y regionales.

Esta “Persona – Ciudadano”, en la medida que tenga satisfecha esta cuestión que se ha diseminado en toda la política pública de desarrollo urbano a nivel nacional y local, se sobrepone de muy buena manera a la estrechez donde habita y las incomodidades a las cuales se ve expuesto en el cotidiano.

Además, esta “Persona – Ciudadano”, tiene la responsabilidad de dar estricto cumplimiento a la deuda que adquirió con la banca, de aquí a 20 ó 30 años, por medio de dividendos mensuales que involucran por parte baja 1/3 del ingreso familiar, pagando al final dos veces el valor real e inicial de la vivienda. Sin perjuicio de aquello, y dado que en gran parte de los casos, logró salir de una condición de allegado por años de la casa de sus padres o suegros, no puede estar más que feliz y satisfecho por la acción comprometida, incentivándolo a incrementar sus ingresos con horas extras, un segundo trabajo y/o laborando los fines de semana.

Dada la urgencia de cumplir con el banco y así no transformarse en un moroso, perdiendo inclusive el estatus que ha logrado, participar en organizaciones comunitarias, las que van desde las juntas de vecinos a organizaciones funcionales de cualquier tipo, no es tema, ya que está cansando, o no le alcanza el tiempo.

A todo lo anterior se suman otros factores. Esta “persona-ciudadano”, junto con recorrer una cantidad importante de kilómetros para trasladarse a su trabajo, debe enfrentar dificultades de salud propia y familiar, demostrando desencanto por la atención primaria que ofrecen los consultorios, más conocidos como CESFAM. Bueno, y para qué hablar sobre la educación, eso da para un tema aparte.

Muy probablemente, ante la cercanía de las fiestas de fin de año y las vacaciones de verano, se deberán programar los mecanismos de financiamiento, los cuales muchas veces considera acceder a un nuevo crédito de consumo, préstamo familiar u otro tipo de astucia para cubrir ambas cosas.

Bueno, la amplia clase media junto con los sectores más postergados, más allá de cualquier dificultad en términos de estrés producto de las múltiples deudas adquiridas; más allá de cualquier dificultad de servicios y de constatar las injusticias del sistema, son capaces no sólo de sobrellevar la situación, sino que de ser conscientes de estar con “problemas más o problemas menos” en una situación de privilegio, denostando lo público porque no le resuelve sus dificultades en tiempo y espacio deseado, pero asumiendo que si no trabaja o esfuerza lo suficiente no obtendrá oportunidades de superación.

Entonces lo anterior ¿permite crear acciones contrahegemónicas profundas? Creemos que no. Esto explicaría cómo un sistema sociopolítico, en extremo desigual, es capaz de tener ‘tan buena salud’ teniendo toda una institucionalidad y cultura política que lo avala. Esperemos que el proceso constituyente y su nueva Constitución Política, junto con las reformas ya implementadas redibuje estas condiciones objetivas y subjetivas en el que esta “Persona – Ciudadano” vive su cotidianeidad.

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