En España la irrupción social de los desencantados del sistema político partidario español evidenciados en el duopolio del PSOE y del Partido Popular, se expresaron en las calles en su momento y hace poco en las urnas cambiando el escenario político español.
En Chile, los estudiantes expresaron su malestar y demandas en las calles, los profesores, trabajadores del registro civil estuvieron paralizados por sus reivindicaciones sectoriales; pero la gran mayoría de la sociedad no se ha movilizado ni por sus particulares necesidades ni por cuestionar los niveles de abusos del retail, de las ISAPRES, de las AFP, ni de los empresarios con su financiamiento oscuro de la clase política. Lo que no significa desinterés por la gestión pública ni nada parecido.
El punto es otro, los ciudadanos se conforman realizando sus descargas en contra de estos actores sociales públicos en las redes sociales, haciendo sentir su malestar a través del humor, la crítica, la ironía, el insulto, la grosería, logrando cierto nivel de satisfacción personal. Lamentablemente, esta práctica no va acompañada de la movilización social en los espacios físicos públicos.
Es cierto que las formas de expresión política actuales distan mucho de las tradicionales, esto es: la huelga, la marcha, la protesta callejera, en el presente ha cobrado mucha fuerza la presencia de las redes sociales, que es un medio público de creciente relevancia. Sin embargo, en política no es suficiente con la divulgación en las redes sociales, sino que es necesario la expresión en la “calle”, en efecto, ni los políticos, ni los empresarios, sentirán presión alguna mientras no vean amenazados sus intereses materiales concretos.
[cita tipo=»destaque»]El único camino posible es el surgimiento de candidaturas independientes, que puedan recibir apoyo electoral ciudadano. Si bien el hecho de carecer de apoyo partidario las debilita en lo referente a la estructura de una campaña, al mismo tiempo es una enorme fortaleza, pues ser independiente en esta elección es un potencial incalculable, que bien encauzado puede ser gravitante[/cita]
Usar las redes sociales, expresarse en los espacios públicos, y el tercer momento: irrumpir en el escenario electoral, pues tal como en España, obtener un buen resultado electoral permite canalizar todo ese caudal de indignación social. Hay que ser enfático y preciso: a la clase política dominante sólo se podrá derrotar en las urnas, pues los políticos que tienen sus cuotas de poder no lo entregarán en forma voluntaria. Es cosa de apreciar la discusión en el Congreso del proyecto ley de partidos políticos, donde los partidos actuales no permiten fácil acceso a los posibles nuevos referentes partidarios.
En España, las movilizaciones sociales dieron origen a un nuevo partido político “Podemos”, movimiento de izquierda que canalizó las expresiones de malestar social, en Chile, de la crítica en las redes sociales no se ha pasado a la formación de un movimiento social y político que logre aglutinar la indignación social de la población.
La proximidad de las elecciones municipales es una oportunidad para dar cabida a los indignados chilenos, que si bien no tienen un partido político que los interprete, si tienen una fuerza de temer. En muchos municipios es muy factible la elección de concejales no pertenecientes a los partidos políticos cuestionados, y en algunos casos incluso elegir alcaldes. Para ello, es necesaria la participación electoral de los miles de ciudadanos que se han alejado del ejercicio del sufragio.
El único camino posible es el surgimiento de candidaturas independientes, que puedan recibir apoyo electoral ciudadano. Si bien el hecho de carecer de apoyo partidario las debilita en lo referente a la estructura de una campaña, al mismo tiempo es una enorme fortaleza, pues ser independiente en esta elección es un potencial incalculable, que bien encauzado puede ser gravitante.
Lo más probable es que en esta elección se verán más rostros y nombres y menos símbolos partidarios, esta es una elección para evidenciar el malestar social, una elección para candidatos independientes, y tal vez posteriormente se organicen las bases sociales para organizar un nuevo movimiento político, que como premisa principal tenga como norte el practicar una política transparente, representativa y participativa, esto es una praxis democrática.