Señor Director:
Nadie ha estado exento de la polémica que se ha formado alrededor de las aplicaciones Uber y Cabify. Se han formado dos bandos: unos que defienden la libertad de los usuarios y otro que defienden el derecho a la “competencia leal y legítima”.
Vimos ya, como los taxistas se manifestaron, pusieron el grito en el cielo para defender sus derechos… ¿o para defender su negocio?
Desde el año 1998, hace casi 20 años, existe la Ley de congelamiento de parque de taxis, que fija en 27.000 las plazas para la región Metropolitana.
¿Y qué pasa cuando se fija la oferta, pero la demanda continua aumentando? Suben los precios. Es por esto que hoy en día una patente de taxi cuesta alrededor de 19 millones de pesos.
¿Qué hizo Uber? Aumentó considerablemente la oferta, incluso mejoró la oferta, haciendo tropezar así su negocio oculto.
Los taxistas no pierden porque hacen menos “carreras”, pierden porque el negocio de las patentes se derrumba.
Gonzalo Cruces Rueda