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De la UDI al PPD: la crisis de los partidos

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Ahora le tocó el turno al PPD. Al igual que la UDI, el otrora partido de la diversidad, progresismo y símbolo del retorno a la democracia, está viviendo una crisis de identidad. Pepe Auth, uno de sus fundadores y rostro emblemático de la colectividad, anunció –con un despliegue comunicacional sorprendente– su retiro, argumentando que está decepcionado e incluso enrabiado con el proyecto que él ayudó a crear.

¿Qué le pasó a Pepe después que incluso fue presidente del PPD? Según él, este es el corolario de un proceso de distanciamiento que lleva ya cuatro años. Largo rato para permanecer “adentro” conviviendo con una contradicción tan vital. Lo suficiente, eso sí, para ser electo como diputado dentro del cupo del partido oficialista. Pero la verdad es que valoro mucho la decisión de Auth. Estas son la señales que la política chilena necesita.

No sé cuántas batallas habrá dado el diputado al interior del PPD por corregir el rumbo, por revisar sus procesos de democracia interna y participación o por actualizar la doctrina que le dio origen, de acuerdo los nuevos tiempos. Seguramente lo intentó muchas veces, pero no pudo con el statu quo, con la comodidad de seguir viviendo de las glorias del pasado.

El PPD fue un partido que hace 25 años instaló temas en la agenda que los partidos tradicionales ni siquiera se estaban preguntando, como por ejemplo la sustentabilidad, la protección del medio ambiente, los derechos ciudadanos, la diversidad cultural. El Partido por la Democracia fue un conglomerado atractivo para los jóvenes, para el mundo progresista. Hoy día, sin duda, queda muy poco de eso. ¿Qué se percibe de este partido actualmente? Un grupo homogéneo, liderado por unos pocos –que ya no son tan jóvenes–, con ciertos rasgos de autoritarismo, con escasa renovación de nombres y cada vez con menos opinión en los temas que le dieron origen. En los últimos años han vivido de las denuncias –aunque cada vez son más escasas– y de muy pocas propuestas. No a las termoeléctricas, no a las centrales hidroeléctricas, no a las centrales de paso, ¿y qué hacemos para tener energía? “Ese no es mi problema”, respondió en una ocasión el senador Girardi.

El otro día un amigo me decía que había conversado con Jaime Bellolio a propósito de una columna en que planteé que el diputado estaba en el partido equivocado. Su respuesta fue que prefería dar la batalla desde adentro. Auth optó por lo contrario y creo que es legítimo cuando uno se da cuenta que las organizaciones no tienen interés de cambiar. Ambos parlamentarios son los polos extremos de cómo enfrentar la crisis de identidad de una colectividad que se aferra al pasado. La UDI y el PPD son partidos quebrados en su identidad de origen. El mundo cambio y ellos siguen anclados en la carta que les dio origen como si hubiera quedado estampada en piedra.

[cita tipo=»destaque»]La UDI y el PPD son partidos quebrados en su identidad de origen. El mundo cambio y ellos siguen anclados en la carta que les dio origen como si hubiera quedado estampada en piedra.[/cita]

Pepe Auth se constituyó en una válvula de escape para su ex partido. A continuación salieron las críticas de Lagos Weber, Harboe, Bitar y otros. Cada uno agregó a la lista sus propios desencantos. Que se fue a la izquierda. Que nunca le gustaron las retroexcavadoras. Que se fue a la derecha. Que se desnaturalizó. Pero todos parecen identificar un mismo culpable: Guido Girardi. El senador que se “apropió” del PPD y que generó las redes para evitar contrapesos o detractores. El hombre fuerte que maneja el destino de este partido como si fuera completamente de su propiedad.

No sé si Auth midió el daño que le hace al partido que ayudó a fundar. Una de las renuncias más mediáticas de que se tenga recuerdo y con confesiones duras… a pocos meses de las elecciones municipales, es un golpe duro. No podía elegir un peor momento. Pero nunca es un buen momento para generar una crisis que provoque un remezón. Siempre es mejor más temprano que tarde y Pepe se encargó de dejar como legado eso: un terremoto que le da la oportunidad de hacer un punto de quiebre al PPD o empezar la caída libre como le pasó a la UDI.

Un apunte final. No sé si fue parte de su estrategia lanzar su renuncia justo el día previo a que se difundiera la investigación que estaba siguiendo el fiscal Gajardo contra el senador Girardi por supuestos aportes entregados por algunos laboratorios. En todo caso, fue un acierto o una feliz coincidencia…

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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