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La maquinaria del desfalco de la burguesía fiscal

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
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El abuso en Gendarmería hay que mirarlo con mayor profundidad que la historia del todo deplorable de una funcionaria que se declara “socialista”: una trama corrupta ha logrado engañar  para asegurar al menos a 200 ex funcionarios pensiones entre 3  y 5.3 millones, versus lo que Marco Kremerman –de la Fundación Sol– demostró en el debate previsional en el 2014: el 90% de las pensiones en Chile son bajo los 200 mil pesos.

Se ha generado una antigua y nueva “burguesía estatal”, al decir del historiador Edison Ortiz, que no es novedad en Chile: es vox populi el abuso de Portales, que no solo se arreglaba con el estanco (monopolio) del comercio de tabaco y alcohol, sino que cargaba a la hacienda pública su gasto en parrandas en La Chimba.

En el presente es grosero lo de la Sra. Olate, como lo del ex comandante en Jefe del Ejército Fuente-Alba, que se enriquece “por viáticos”, o los bonos millonarios de Codelco versus la precariedad de los contratistas; el aumento del número de parlamentarios y la minorización de la sensata propuesta Boric-Jackson-Mirosevic de rebajar el sueldo de los legisladores. Pero hay mucho más de malas prácticas “naturalizadas”.

Es más correcto hablar de la permanente burguesía paraestatal, ya que se vincula tanto al desfalco por parte de funcionarios como por empresarios que abusan en las diversas formas que hemos conocido: coimas (la basura), parientes como gasto (Penta), evasión y elusión (muchas grandes mineras), colusión (los Matte), pago desde otras empresas a altos ejecutivos (el canal de Piñera con dineros de Aguas Andinas) y la seguidilla de delitos que produce el duopolio empresas-políticos y segmentos de funcionarios estatales: perpetuidad de derechos de agua (el norte los Luksic con las aguas del antiguo tren, canalistas en el centro que revenden a eléctricas, Endesa privatizada que no paga royalties regionales), megasectores con incentivos y sin pagar impuestos prediales (forestales), derechos pesqueros con tráfico de influencia (Corpesca), etc.

Pero existe una maquinaria estatal antigua que Tomás Moulián, de forma muy certera, califica en sus textos como “la crisis del Estado de Compromiso”, en referencia al arreglo oligárquico de la antigua democracia, donde los sectores privilegiados e integrados al sistema lo pasaban bien (empresarios protegidos, sindicatos fuertes, segmentos del funcionariado), mientras la mayoría de los “pobres del campo y la ciudad” acumulaban rabia que desbordó en la lucha social de los 60 en tomas de terrenos masivas, reforma agraria, nacionalizaciones y demases.

La magnitud del escándalo de las pensiones de Gendarmería debe llevar a pactos amplios aquí y ahora contra los siguientes abusos conocidos y “naturalizados”, donde se ubican los mayores desfalcos:

-El abuso de las pensiones en las FF.AA., Carabineros y Gendarmería, que siguen jubilando a temprana edad, mandan a oficiales a zonas extremas para aumentar sus promedios salariales finales y hacer crecer en 30% sus pensiones, las viudas e hijas mayores con pensiones completas, etc. La Comisión Previsional acordó sugerir abolir estos abusos y es hora de hacerlo, con una Presidenta que se distancie de la «familia militar» y haga justicia estructural.

-Fin al 10% en armamento y compras sin control. Lo de Fuente-Alba y Milicogate son suficientemente elocuentes para acabar de una vez con el 10% de las ventas de Codelco para armamento y destinar dichos recursos a un Fondo de Convergencia Regional, como lo propuso la Comisión para la Descentralización.

-Congreso unicameral y austero: si los chilenos tuvieran una asamblea constituyente ganaría la propuesta que realizó el claustro del Dpto. de Ciencia Política de la U. Alberto Hurtado, que el 2013 propuso un Congreso unicameral de cien miembros (propuesta de Eduardo Saffirio), en vez del juego neoburgués para cambiar el binominal a cambio de más cupos parlamentarios.

La desprofesionalización de la política crece en el mundo y los parlamentarios no deben tener dedicación exclusiva y ganar una dieta por sesión, ser más una verdadera asamblea (textos de Hannah Arendt) que una elite endogámica y cara. Con Álvaro Escobar propusimos dicho giro en los peregrinos debates preconstituyentes desde el discolaje en el 2008.

[cita tipo=»destaque»]El abuso de las pensiones en las FF.AA., Carabineros y Gendarmería, que siguen jubilando a temprana edad, mandan a oficiales a zonas extremas para aumentar sus promedios salariales finales y hacer crecer en 30% sus pensiones, las viudas e hijas mayores con pensiones completas, etc. La Comisión Previsional acordó sugerir abolir estos abusos y es hora de hacerlo, con una Presidenta que se distancie de la «familia militar» y haga justicia estructural.[/cita]

-Moderar el segmento alto de la administración, donde Hacienda ha sido incongruente con megasalarios en sus servicios (SII, Tesorería, Aduanas, etc.), a lo que se quiere homologar el resto de las agencias estatales y los municipales (lograron bono directivo en reciente cambio sin exigir mejoras en la recaudación subnacional). El sector público se ha ido desacoplando del resto de la sociedad con sus casi 15 sueldos anuales en Programas de Mejoramiento de la Gestión (PMGs) que se cumplen en un 99% y se han trivializados como ejercicio ritual. El foco debe estar en regularizar a los a honorarios y a contrata, evitar los sobresueldos y bonos altos en las empresas públicas, hacer equidad.

– Evitar la sobreinstitucionalización burocrática. Muchos problemas requieren transformaciones sociales (educación, descentralización) y no sobreburocratización (Ministerio de Asuntos Indígenas en vez de región plurinacional, nueva autoridad pública territorial en vez de reinventar direcciones provinciales de educación, etc.).

El país cruje, los empresarios lloran y el Estado crece en un círculo vicioso. El Estado debe crecer en programas de mayor igualdad, amplio rango a mejorar de elusión tributaria y sectores que no tributan en los territorios, con austeridad y sinceramiento, concentrando reformas y acabando con los privilegios abusivos de los neoburgueses en los altos segmentos de las instituciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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