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Ni un puto peso más a las AFP


En anterior artículo publicado por este medio, señalé los mitos que es preciso desenmascarar acerca de las AFP. Todos quienes me lo han comentado coinciden plenamente en lo expuesto, gente de a pie, de izquierdas o derechas. Sin embargo, algunos me han criticado, con justicia, que no propongo una solución. Yo adhiero a la propuesta “alemana”, es decir, un sistema colaborativo con un adicional sistema individualista para quienes así lo deseen. Es sustentable en el tiempo y produce pensiones equitativas y vejez digna.

Veo poco probable que se instale en nuestro país. La indolencia y comodidad de las elites económicas y políticas del país, no hace hoy posible una reforma sensata en que se proponga un verdadero sistema de pensiones, que reemplace al actual sistema previsional expropiatorio que impuso la dictadura militar hace 35 años y que hoy se devela como el engaño que es. Fue instalado para salvar la quebrada economía de los años 80 y no para generar pensiones justas para una vejez digna.

[cita tipo=»destaque»]Exigir que el 5% de cotización adicional vaya completo a un sistema colaborativo, administrado por una entidad independiente, tipo Banco Central. Ni un peso más al sistema expropiatorio de las AFP, engaño que más temprano que tarde será superado. Tal vez un camino de gradualidad, como suele decirse en estos tiempo, sea ir aumentando el sistema colaborativo y disminuyendo el sistema de AFP[/cita]

Los gobiernos postdictadura les han dado la espalda a los pensionados. Unos porque derechamente respaldan el negocio de las AFP y otros porque no tienen la voluntad ni la fuerza política para cambiar la situación. El actual gobierno ha propuesto elevar los aportes al ahorro provisional, adicionando un 5% patronal. Hay un virtual consenso en la elite sobre esta propuesta. Solo se discute acerca de cuánto para los fondos colaborativos y cuánto para las cuentas individuales. Lamentablemente, tal colusión impedirá también la posibilidad de hacer un plebiscito (la importancia de las pensiones lo merecería) entre las opciones plausibles: sistema de las AFP o uno colaborativo con adicional individual.

Asumiendo esta realidad (aunque “sin renuncia”, dirían algunos) sugiero lo siguiente:

  1. Seguir bregando por un sistema real de pensiones, elevando la voz y participando de todas las iniciativas que se lo propongan.
  2. Cambiarse al Fondo E. A lo menos sus ahorros se mantendrán en el tiempo, y no serán expuestos a la especulación en la bolsa con rentabilidades exiguas que, además, pueden sufrir severas pérdidas ante malos manejos económicos y eventuales crisis económicas del país.
  3. A los que están en edad, pensiónense lo antes posible y pueden mantener su trabajo. Le subirá su sueldo líquido en un 10% y agregará el monto de su pensión. Si la empresa es desleal y lo despide, exija su indemnización por años de servicios y dé un pie para comprarse un departamento que se pague con su arriendo, y en unos años tendrá esa renta como adicional a su jubilación. En este caso tendrá que buscar mientras tanto otro trabajo, pero igual lo hará porque con su pensión AFP no le alcanzará para vivir.
  4. Exigir que, si se muere el pensionado, el 100% del saldo que quede de sus fondos se entregue cash a su cónyuge, sus hijos o sus nietos. ¿Somos o no somos “dueños de nuestros ahorros”? Es inmoral que en virtud de la ley 3.500, al morir, las AFP expropian además un 40% de “mis fondos” y las Compañías de seguro el 100%.
  5. Por último, exigir que el 5% de cotización adicional vaya completo a un sistema colaborativo, administrado por una entidad independiente, tipo Banco Central. Ni un peso más al sistema expropiatorio de las AFP, engaño que más temprano que tarde será superado. Tal vez un camino de gradualidad, como suele decirse en estos tiempo, sea ir aumentando el sistema colaborativo y disminuyendo el sistema de AFP.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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