Publicidad

La No-Campaña de un No-Candidato

«Muchos en la derecha dicen que Piñera es el mal menor y argumentan que hizo un buen gobierno, lo cual es doblemente falso, porque representa un mal mayor que Lagos, desde luego, y no hizo un buen gobierno. Al menos la mitad de la creación de empleos, de que se ufana, la debió al enorme impulso fiscal que Andrés Velasco dio a la economía en 2009, lo que generó medio millón de empleos en el solo 2010».


Sebastián Piñera ha dedicado su vida política a pasarnos por el aro a los del “Sí”. Primero los llevó (a los demás, porque a mí no) a elegirlo senador en 1989, para después dedicarse a demoler la obra del Gobierno Militar desde el Senado (“política de los acuerdos”, mientras compraba acciones LAN a la Corfo). Después logró votos del “Sí” para torpedear a Lavín, que en ese tiempo era todavía del “Sí”, en 2005; y finalmente para triunfar en su candidatura presidencial del 2009, durante cuya campaña conmovió hasta las lágrimas al millar de uniformados retirados presentes en el Club Militar, prometiéndoles un debido proceso y la prescripción para los Presos Políticos encarcelados por la prevaricación de la justicia de izquierda. Ya elegido y con los votos de la familia militar en el bolsillo, se hizo cómplice activo de dicha prevaricación y triplicó, a través de su Ministerio del Interior, el número de querellas contra militares, violando la amnistía, la prescripción, la cosa juzgada y, en general, el debido proceso que había prometido restablecer. Terminó añadiendo la burla a la injusticia, cuando trasladó a los presos de Cordillera a Punta Peuco bajo el símbolo de la hoz y el martillo y la pedrea del comunismo contra el bus de los presos. Todo valía, con tal de subir en las encuestas (que era lo único que le interesaba en ese momento, cuando tenía 22% de aprobación).

Actualmente el mismo personaje parece tener claro que de nuevo puede reírse de los del “Sí” a sus anchas, y entonces se encuentra en plena campaña presidencial, pero declarando no haber resuelto todavía si será candidato, lo cual, como la mayoría de las cosas que dice, no es verdad. Pues en las últimas semanas hemos visto aparecer en los diarios un aviso a toda página y en colores (costo mínimo de siete millones de pesos) con las fotos suya y de Felipe González, una personalidad que “lo viste”, en el centro del aviso, anunciando un “seminario” en que ambos hablarían al “establishment” de derecha masivamente convocado. Costo probable de la intervención de Felipe González, estadía y viaje incluidos, por lo bajo sesenta millones de pesos. ¿Quién aparece patrocinándolo? Un pequeño “fondo de inversión” de pocos conocido. Hasta aquí van $67 millones de gastos de no-campaña, por lo tanto sin vigilancia del Servel.

Por supuesto, el “establishment” de derecha concurrió masivamente al respectivo desayuno gratis en un recinto “comme-il-faut” y recibió como premio aparecer fotografiado en dos páginas de la vida social de “El Mercurio” (costo estimado, catorce millones de pesos), encabezadas por las fotos del no-candidato junto a Felipe González. Éste es la figura ideal de que puede servirse un no-candidato que es del “No” pero aspira otra vez a ser elegido con votos del “Sí” más los de la masa originaria del “No” amedrentada por la revolución en curso, que sigue cuidadosamente los pasos del Foro de Sao Paulo.

Costo total del desayuno de la no-campaña, 81 millones de pesos, más el buffet: redondeemos en 90 millones. Nada que explicar al Servel porque oficialmente no hay candidato ni campaña.

No obstante lo cual un columnista de “El Mercurio”, partidario de Piñera, escribió después del desayuno: “Dio esperanza ver a González departiendo con Sebastián Piñera esta semana. Porque así como se parecen los destructivos populismos de las derechas y las izquierdas extremas, tienen mucho en común la socialdemocracia liberal de un González con el liberalismo democrático y social de un Piñera”. ¿Quiere usted que le expliquen las diferencias entre “social democracia liberal” y “liberalismo democrático y social”, porque son las mismas palabras, en distinto orden? Escríbale al columnista y pregúntele.

Se confirma mi tesis de que Piñera en nada se diferencia de los socialistas, salvo en que él lo es más que algunos, como Lagos, pues éste subió menos impuestos que él, creó menos ministerios y persiguió menos a los militares (y hasta indultó a uno, cosa que se negó a hacer Piñera con el inocente general Mena, lo que llevó al suicidio a éste.)

Pero las reales posibilidades del no-candidato existen, pues una mayoría está en desacuerdo con las reformas emprendidas por el gobierno actual y, de lo poco que esa mayoría sabe de política, es que el personaje alternativo que más conoce, Piñera, no seguiría adelante con la revolución en curso. Y por eso marcan preferencia por él en las encuestas. En el fondo, pues, la generalísima de esta no-campaña del no-candidato es Michelle Bachelet. Pero conste que el 62% de los encuestados no marca preferencia por ningún candidato, es decir, casi dos tercios de los chilenos no votarían hoy ni por Piñera ni por quienes aparecen compitiendo con él. Ahí está la esperanza del único postulante del “Sí” que habrá en la primera vuelta, José Antonio Kast, pues pocos saben que es candidato.

Muchos en la derecha dicen que Piñera es el mal menor y argumentan que hizo un buen gobierno, lo cual es doblemente falso, porque representa un mal mayor que Lagos, desde luego, y no hizo un buen gobierno. Al menos la mitad de la creación de empleos, de que se ufana, la debió al enorme impulso fiscal que Andrés Velasco dio a la economía en 2009, lo que generó medio millón de empleos en el solo 2010. Además de aumentar el gasto fiscal en 16,5%, cifra sin precedentes, Velasco también aumentó la inversión pública en 25,1% en 2009, también cifra sin precedentes. Bajo Piñera esta última terminó cayendo en 2013 en 4,3% (“El Mercurio, 01.10.16). Y en el ranking de competitividad internacional, Piñera recibió al país en el lugar 30° y lo devolvió cuatro años después en el 34° (“El Mercurio”, 28.09.16). E hizo subir la deuda bruta del gobierno central de 8,6 mil millones de dólares en 2010 a 12,9 mil millones (El Mercurio”, 29.09.16), y eso que gozó de un precio del cobre que sobrepasó a ratos los 4 dólares por libra. Fue un mal gobierno, que lo único bueno que exhibió fue gracias al impulso del anterior y del precio del cobre.

En fin, al margen de eso, para un personaje que dice no ser candidato, su no-campaña sin duda no marcha nada de mal, como que puede gastarse más de noventa millones de pesos en un día promoviéndose espectacularmente, sin que el Servel lo vigile como a otros ni pueda objetar ese gasto no-electoral. Una “piñericosa” más, bastante genial, para pasar por el aro, otra vez, a los del “Sí”.

Publicidad

Tendencias