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El aborto y la mentalidad católica conservadora


Como médico me asombra la porfiada resistencia del mundo tradicional ante las novedades en sexualidad y procreación. En el tema del aborto el pensamiento católico tradicional mantiene una visión de la vida del embrión como inviolable y se resiste a la despenalización del aborto. Me pregunto si los legisladores serán capaces de legislar contrariando esta visión sostenida por una minoría tan influyente y que, lamentablemente, corresponde hoy con la postura católica oficial.

El aborto tiene aspectos complejos que explican lo difícil y apasionado del debate. Dejemos a un lado por un momento esa complejidad para mirar la historia del pensamiento católico conservador frente a un conjunto de temas de sexualidad, procreación y salud. Al respecto, ¿cuáles han sido los descubrimientos de la medicina en el siglo XX? Y ¿cuáles han sido las posturas del catolicismo tradicional?

“La píldora”

El primer gran descubrimiento en la década de los sesenta fue la píldora anticonceptiva, que rápidamente se expandió por el mundo debido a la libertad que dio a las mujeres para decidir sobre su familia, liberando al género humano de una fecundidad que imponía proles numerosas, en especial a mujeres vulnerables.

¿Cuál fue la decisión de la autoridad romana? En el año 1968 el Papa prohibió el uso de la píldora para la regulación de los nacimientos, decisión que sorprendió a todos y que en la práctica ha sido desobedecida por los propios fieles, que la usan mayoritariamente.

El Vaticano había nombrado una Comisión de sabios para recibir asesoría, incluyendo a cardenales y teólogos, junto a docenas de expertos laicos, médicos y mujeres. La Comisión recomendó al Papa la aceptación de los nuevos métodos, permitiendo que la decisión fuera tomada por la pareja en conciencia. El equipo de expertos estaba en lo correcto, pero no fue escuchado.

Esto ilustra el desfase que suele repetirse en la comunidad católica en relación con el saber y el sentido común de los fieles. La mentalidad conservadora –que muchas veces predomina en quienes constituyen la autoridad– tiende a conservar posturas heredadas de siglos atrás, que se han vuelto incomprensibles para la mayoría.

La fertilización asistida

Otro descubrimiento en sexualidad es la fertilización asistida, por lo cual se le otorgó el Premio Nobel de Medicina a uno de sus pioneros, el británico Dr. Edwards, en el año 2010. En el mundo han nacido unos cinco millones de niños gracias a estos procedimientos, trayendo felicidad a tantas familias. Varios grandes teólogos morales apoyan la bondad de estas técnicas, bien usadas. Pero la autoridad católica la condenó en el texto Donum Vitae, del año 1987. También en este tema los fieles toman sus propias decisiones y en Chile cada año nacen aproximadamente 600 niños gracias a ellas, y muchos en familias católicas.

Otro avance médico es la esterilización quirúrgica, que permite suspender la fecundidad en madres con varios hijos, y también en casos en que un nuevo embarazo arriesga la vida de la mujer. La autoridad religiosa también se opone a la esterilización, aunque los creyentes la siguen solicitando. El padre José Aldunate escribía el año 2001: “Se practican en Chile 13 mil esterilizaciones definitivas al año. El recurso a la píldora y a los dispositivos intrauterinos (DIU) es masivo(…). Dios asiste no solamente a su Magisterio sino sobre todo al Pueblo de Dios para que no yerre en su caminar.”

Condena del aborto

Es comprensible que una mentalidad tradicional que ha rechazado la píldora anticonceptiva, la fertilización asistida y la esterilización quirúrgica se oponga hoy a toda forma de aborto, si bien, en este caso, con razones específicas.

Creemos que las sociedades democráticas deben caminar hacia una mayor libertad y respeto por la vida de la madre, aunque algunos no lo compartan y vean en esto más bien una conducta agresiva con la gestación. Al sentido común moderno le resulta razonable que en caso de peligro de vida de la madre se le permita abortar, si lo decide la mujer. O si el embrión no será viable y la espera es muy riesgosa o insoportable para la mujer, parece razonable que ella pueda tomar su propia decisión. La nueva ley abre un camino a la autonomía; la mujer que quiera conservar su embarazo será libre de hacerlo y esa opción no debe ser forzada, como ocurre hoy. Pero, para quienes se oponen a la nueva ley, ella lesiona a seres vivos en máxima vulnerabilidad.

Pero vamos todavía más atrás en la historia.

Los cementerios civiles

Parece lógico que existan cementerios civiles. Pero antes no fue así y los cementerios dependían de la autoridad católica. La vida se secularizó y la autoridad religiosa alguna vez negó el derecho a sepultura a personas consideradas inadecuadas, como personas separadas y con nueva pareja. Se hizo necesario dictar la nueva Ley de Cementerios Civiles con la fuerte oposición de sectores tradicionales (Krebs). En el siglo XX la autoridad religiosa condenó duramente la incineración de los cuerpos, lo que hoy se acepta, incluso ofreciéndose espacios en las Iglesias para las cenizas.

El matrimonio civil

La Iglesia católica detentaba en Chile la potestad de casar hasta el siglo XIX, pero vino la secularización de la cultura. En un momento el poder religioso rechazó casar a algunas personas que no cumplían ciertos requisitos. Se hizo necesario dictar una ley creando el Matrimonio Civil el año 1884. En adelante el vínculo es contraído ante el representante del Estado y no ante el sacerdote. Los obispos de la época se opusieron tenazmente, pues a sus ojos el vínculo civil no sería más que un “concubinato” que pondría obstáculos a que se contrajera en el futuro un verdadero matrimonio (Hourton).

El divorcio

La ley de divorcio se retrasó por décadas en Chile debido a una minoría tradicional e influyente. Los matrimonios que fracasaban por muchos años no tuvieron una solución legal que encauzara su situación. Finalmente se logró esta legislación y no ha sido una catástrofe como algunos temían. Los legisladores católicos que aprobaron esta ley debieron soportar duros ataques de los conservadores.

En perspectiva histórica la mentalidad conservadora ve inmoralidad en muchas de las instituciones o descubrimientos que la historia nos aporta. Muchos otros vemos en esos cambios un saludable progreso y un ensanchamiento de la autonomía. Hay mas temor y resistencias precisamente en los campos de la sexualidad, la vida y la muerte.

Lucha de paradigmas

Observamos esta tensión también al interior del mundo católico respecto al aborto. Unos creen defender la vida manteniendo la penalización. Otros pensamos que hay razones humanitarias para despenalizar en las tres causales. Suele haber un diálogo de sordos, pues se confrontan aquí dos maneras de pensar diferentes, dos paradigmas de pensamiento, en el sentido de Thomas Kuhn.

[cita tipo=»destaque»]Nuestra crítica se dirige a la mentalidad religiosa tradicionalista y conservadora, que se resiste a pensar de nuevas maneras y busca imponerse a través de la autoridad. No es esta una crítica a la religión, pues la fe ha sido capaz de progresar y ponerse al día con su tiempo. Numerosos sacerdotes y teólogos de pensamiento abierto (Charles Curran, en USA; Marciano Vidal, en España; José Aldunate, en Chile) están de acuerdo con muchos de estos avances y también aceptan la despenalización del aborto en ciertos casos.[/cita]

Donde unos ven vida humana personal, otros vemos un organismo biológico en desarrollo que aún no se configura como una vida personal, proceso que puede ser interrumpido por un bien mayor, como la salud de la madre. Donde unos vemos una actitud de legítima defensa de la madre ante un embarazo que arriesga a la mujer, otros ven una agresión cruel e injustificada a un pequeño ser indefenso. Ambos oponentes ven distintas realidades, y sienten que la otra parte tergiversa la “verdadera” realidad, pues cada parte siente que solo la mirada suya capta la realidad en su verdadera profundidad. Es un debate cultural muy profundo y doloroso, donde parece no haber salida racional. Solo queda la solución democrática, la que tampoco es sencilla, pues los que se oponen dirán que la democracia no puede llegar al extremo de autorizar un acto de violencia…

Es necesario ponerse al día

Nuestra crítica se dirige a la mentalidad religiosa tradicionalista y conservadora, que se resiste a pensar de nuevas maneras y busca imponerse a través de la autoridad. No es esta una crítica a la religión, pues la fe ha sido capaz de progresar y ponerse al día con su tiempo. Numerosos sacerdotes y teólogos de pensamiento abierto (Charles Curran, en USA; Marciano Vidal, en España; José Aldunate, en Chile) están de acuerdo con muchos de estos avances y también aceptan la despenalización del aborto en ciertos casos.

Además, este avance es promovido también por católicos. De hecho, uno de los dos descubridores de la píldora anticonceptiva fue un médico ginecólogo de Harvard, el Dr. John Rock, un católico devoto. El estaba feliz y orgulloso con su descubrimiento pensando que era un gran aporte a la humanidad, como en efecto lo era. Vivió muy triste sus últimos años ante la sorprendente condena de Roma, que nunca pudo comprender.

Muchos católicos de hoy no comprendemos tantas condenas sucesivas de la mentalidad conservadora y pensamos que en los temas del sexo, la vida y la muerte, el pensamiento católico tradicional debe dejarse cuestionar y gradualmente ponerse al día, como en el caso actual del aborto. Por lo menos la ley civil debe ponerse al día con las necesidades de las personas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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