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El veto a Mariana Aylwin: la vergonzosa imagen de Chile frente al espejo Opinión

El veto a Mariana Aylwin: la vergonzosa imagen de Chile frente al espejo

¿Con qué altura moral, entonces, Chile puede condenar a Cuba por proceder de la misma forma en que nuestro propio país ha actuado dos veces en el plazo de menos de un mes?


El escándalo más reciente en inundar la discusión sobre las relaciones bilaterales con Cuba es la prohibición de ingreso a la isla de Mariana Aylwin. De más está contar todos los detalles sobre los que seguramente casi todos tienen una opinión. El debate entre quienes están a favor de lo que hoy es el régimen cubano y quienes lo repudian es largo, intenso y poco fecundo, pero el incidente protagonizado por la militante demcratacristiana puede decirnos mucho más sobre nosotros mismos de lo que pensamos.

Primero, aclarar un par de cosas. Una de ellas, que Cuba es un país soberano y puede decidir quién puede entrar y quién no a su territorio. Es una potestad que no tiene únicamente Cuba, sino prácticamente cualquier país, entre ellos Chile. Y si bien la discriminación sobre la base del pensamiento político es deleznable, nosotros como país también hemos practicado ese tipo de discriminación. Recientemente, y bajo un argumento asombrosamente parecido.

La Tercera del 28 de enero da cuenta de la expulsión de tres ciudadanos peruanos que participarían de un foro anarquista. Lorenzo Spairini, periodista italiano becado por la Unión Europea, que se encontraba realizando asesoría al sindicato de trabajadores del Sename, fue expulsado en enero por orden de Claudio Orrego, Intendente de Santiago y correligionario del mismo partido que Mariana Aylwin. Resulta que en Chile existen las mismas salvaguardas legales que permiten expulsar a un extranjero cuando este contraviene al régimen o amenaza con alterar el orden público. Si bien, y como reconoció el director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, esta disposición contraviene el derecho de libre expresión, reunión y pensamiento, la negativa cubana, al final, ya no parece tan extraña.

En octubre de 2016, la ex senadora colombiana, Piedad Córdoba, fue hostigada por personal de la PDI en su ingreso a Chile, lo que la llevó a decidir retornar a su país sin participar de las actividades que tenía programadas en universidades y junto a organizaciones sociales.

[cita tipo=»destaque»]Bajo la teoría constructivista, Chile no se ve en el espejo cuando evalúa lo que hace Cuba, porque Chile no es Cuba. Esa noción es tan cierta como engañosa. Ciertamente Chile es una democracia liberal que saca buen puntaje cuando es comparada con sus vecinos del continente. Cuba, por otro lado, es un régimen de partido único en donde no es posible la oposición política efectiva. Sin embargo, es difícil negar que ambos países incurren en la misma práctica de negarles el acceso a extranjeros con el argumento de que tienen una ideología diferente.[/cita]

¿Con qué altura moral, entonces, Chile puede condenar a Cuba por proceder de la misma forma en que nuestro propio país ha actuado dos veces en el plazo de menos de un mes? El doctor en Ciencia Política, Alexander Wendt, propone un modelo de análisis de las relaciones internacionales en la que los intereses y, por tanto, la acción de los estados están mediados por su identidad y las expectativas que tienen de los otros actores. Chile se ve a sí mismo de una determinada manera, mientras que ve a Cuba de otra, comparándola consigo mismo, esperando que se mueva en una dirección.

Bajo la teoría constructivista, Chile no se ve en el espejo cuando evalúa lo que hace Cuba, porque Chile no es Cuba. Esa noción es tan cierta como engañosa. Ciertamente Chile es una democracia liberal que saca buen puntaje cuando es comparada con sus vecinos del continente. Cuba, por otro lado, es un régimen de partido único en donde no es posible la oposición política efectiva. Sin embargo, es difícil negar que ambos países incurren en la misma práctica de negarles el acceso a extranjeros con el argumento de que tienen una ideología diferente. En cierta medida, nuestro país tiene una imagen distorsionada de sí mismo, que le impide verse en las acciones del régimen cubano.

Puede resultar impactante comparar a Chile con un régimen no democrático, pero la comparación es necesaria para que podamos mejorar. Si Chile se corrige y logra la altura moral, quizás la próxima vez estará en pie de darle lecciones a La Habana.

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