Las elecciones 2017 serán un hito importante y un desafío para la consolidación de un Frente Amplio unitario y profundamente transformador de las relaciones político ciudadanas. Todos debemos poner nuestros esfuerzos para avanzar en lo que nos une para transitar hacia una sociedad más equitativa, a través de un programa de transformaciones estructurales para una sociedad mejor.
Con frecuencia los y las líderes se ven enfrentados a la disyuntiva de priorizar. Lo urgente, lo importante y lo necesario pueden, ciertas veces, jugar cada uno de su lado. El Frente Amplio (FA), al priorizar la democracia y crear numerosas
instancias para avanzar en la unidad y en los debates, puede descuidar mirar los tiempos burocráticos que suelen marcar las urgencias. Las urgencias para el FA son: trazar una ruta viable para definir un programa mínimo en un plazo razonable y
rápido; las condiciones en que se puede acceder a participar en el FA; los criterios, metodología y formas concretas para armar las listas parlamentarias y a consejeros; y, la manera en que se va a elegir un presidenciable. Peor que decidir mal, es dejar todo para el último minuto y que decida el que “tiene el timbre de las inscripciones”, lo que es común en las organizaciones tradicionales. Por ello, es necesario seguir los protocolos para la inscripción de precandidaturas establecidos por las, hasta ahora, 13 organizaciones políticas que integran el FA, y que ese sea uno más los criterios que diferencian al Frente
de los otros dos conglomerados conservadores. Algunos creen que el FA es sólo una alianza electoral y que luego se puede esperar su disolución. Esto es un error, porque el futuro del FA dependerá de lo que hoy seamos capaces de construir. Por ello, es fundamental, primero: seguir los acuerdos, el protocolo común para las inscripciones de precandidaturas. Y, segundo: hacer los esfuerzos para realizar elecciones primarias, ciudadanas, que den muestra de un estándar de democracia,
transparencia y masividad que garantice seriedad.
Las elecciones 2017 serán un hito importante y un desafío para la consolidación de un Frente Amplio unitario y profundamente transformador de las relaciones político ciudadanas. Todos debemos poner nuestros esfuerzos para avanzar en lo que nos une para transitar hacia una sociedad más equitativa, a través de un programa de transformaciones estructurales para una sociedad mejor. El tiempo apremia. Estamos muy conscientes que la historia de las organizaciones fuera del duopolio es difícil. Será necesario superar los intereses individuales para construir listas únicas, parlamentaria y de consejeros regionales, y un sistema transparente y participativo de primarias para la elección de la o el presidenciable que levante el programa del FA, que surgirá de las demandas ciudadanas, el cual convoque a la ciudadanía que discute de política, pero no cree en la clase política actual.
En consecuencia, no es menos urgente, dar a conocer a la ciudadanía los precandidatos del FA y señalar los criterios y mecanismos para dirimir la candidatura de la o el presidenciable del Frente. Es urgente que los movimientos ciudadanos y la ciudadanía entiendan todas estas lógicas y los espacios y tiempos en que se sucedan las cosas, pero también que tengan la posibilidad de participar. Esto significa que la agenda global del Frente Amplio debe estar clara a ojos de la opinión pública a la brevedad. Esta es la tarea de los cientos de organizaciones territoriales que estamos viendo se constituyen en las comunas y
barrios.
