Señor Director:
No sin cierto asombro leí unas letras que un amigo me prestó. Se trataba de una selección de citas que él había realizado del himno del partido socialista de Chile. En ellas se decía, entre otras cosas, “…reafirmemos la fe socialista, que es deber sin descanso luchar, contra el pulpo del imperialismo que a los pueblos desea atrapar…”.
Yo, me pregunto, que ha quedado de ese partido que surgió entre obreros organizados conscientes de su proletarización, más trabajadores y profesionales de “clase” media progresistas, más intelectuales revolucionarios, repartidos entre la academia y la política, que aportaban a intentar resolver los complejos problemas de la desigualdad, el crecimiento, las relaciones sociales entre generaciones, etc., por la que toda sociedad o sistema social debe atravesar de modo cotidiano.
Y, al parecer, solo queda un simulacro, transparente y malicioso, que se encubre detrás del socialismo, de sus banderas, sus himnos, sus propósitos. Que, al mismo tiempo, da a conocer sus balances financieros públicamente, que invierte en los tentáculos del imperialismo que dice combatir, porque a los pueblos pretende atrapar, según su mismo decir.
Cierto es que es una sociedad donde priman las relaciones virtuales entre los sujetos, nada de esto importa en la “realidad” social, ya suplantada por las redes virtuales sistémicas, por la web, sus cuñas, twitter y toda la parafernalia dominante. Pero si esto es así, si nada importa en esta realidad, entonces que se cambien el himno propongo yo para no caer en pura publicidad engañosa. Se me ocurre un tango posible para el nuevo himno: Cambalache.
Mauricio de Gilbert
