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Alto Maipo y sus conflictos ambientales

María Jesús Martínez
Por : María Jesús Martínez Licenciada en Geografía y miembro de la Red Metropolitana No Alto Maipo
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El Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo, de la filial chilena Aes Gener, se encuentra en un momento complicado y decisivo para su continuidad. En este contexto la autoridad ambiental tiene la gran oportunidad de re enmendar los errores del pasado y revocar su permiso, pues Alto Maipo nunca debió ser aprobado.

Existió una primera versión del proyecto que fue ingresada al Sistema de Evaluación Ambiental en 2007 y dadas las numerosas observaciones y los pronunciamientos que vaticinaban un rechazo por parte de los servicios, el titular del proyecto decidió retirarlo de evaluación. El proyecto despertaba grandes dudas y cuestionamientos sobre todo por el túnel de 70 km. Entre otras cosas, CONAF pedía que el trazado fuera modificado pues vulnera un área protegida, el Monumento Natural El Morado, y los glaciares San Francisco y Morado, ya que el túnel que actualmente se construye, pasa por debajo de éstos.

La segunda versión del proyecto fue ingresado en 2008 obteniendo la aprobación en 2009 durante el primer gobierno de Michelle Bachelet. El trazado bajo los glaciares se mantuvo.

El proceso de evaluación ha sido cuestionado por posible tráfico de influencias y conflictos de interés. Un ejemplo de esto es que mientras Jorge Rodríguez Grossi se desempeñaba como Director de Aes Gener, su primo materno Alejandro Vio Grossi era Director de SERNAGEOMIN.

Precisamente SERNAGEOMIN es uno de los servicios responsables de la vulneración a la que se ven expuestos los glaciares y es que durante la aprobación no realizó observaciones sobre qué efectos podrían recaer en los glaciares por Alto Maipo. Misma responsabilidad tiene la DGA, faltando a su deber de resguardo de glaciares. Por su parte desde el sindicato de trabajadores de CONAF, en su momento, se denunció la divergencia entre la postura a nivel regional, que se inclinaba por el rechazo del proyecto, y la dirección nacional que finalmente dio aprobación. Estos servicios son responsables de aprobar un proyecto que contempla el uso de tronaduras en la construcción del túnel, es decir explosivos, bajo el área del Monumento El Morado y sus glaciares.

Hoy estos antecedentes toman relevancia pues Alto Maipo se encuentra en un proceso de sanción abierto en la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA). Una de las infracciones, catalogada como grave por la SMA, es la vulneración a los compromisos adquiridos por la empresa en términos de no afectación a los glaciares, fuera y dentro, del Monumento El Morado como consecuencia de la construcción de túnel.

Recientemente pusimos estos antecedentes a disposición de la SMA en el marco de la solicitud de clausura de las obras de Alto Maipo por la trasgresión no sólo del Monumento Natural, sino también de los glaciares. Es de esperar que la autoridad actúe esta vez conforme a la ley, de forma seria y responsable.

[cita tipo=»destaque»]Hoy estos antecedentes toman relevancia pues Alto Maipo se encuentra en un proceso de sanción abierto en la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA). Una de las infracciones, catalogada como grave por la SMA, es la vulneración a los compromisos adquiridos por la empresa en términos de no afectación a los glaciares, fuera y dentro, del Monumento El Morado como consecuencia de la construcción de túnel.[/cita]

Sumado a lo último, los sobre costos (de $2.050 millones a más de $2.500), la salida del Grupo Luksic, las permanentes huelgas de sus trabajadores, el quiebre con la contratista CNM, la pugna en arbitraje internacional, el complejo panorama para cumplir sus compromisos sociales y laborales a nivel local, las serias dificultades en la construcción del túnel (principal obra de la hidroeléctrica) y el financiamiento internacional puesto en duda, evidencian y reafirman lo que desde la oposición hemos declarado; es un proyecto totalmente inviable e innecesario, además de irregular.

Bajo este escenario claramente adverso, resulta impresentable la estrategia comunicacional de la empresa instalando en los medios que la construcción estaría cerca del 50%, incluso más. Sabemos que intentan ocultar la crítica situación para no alarmar a sus financistas y a las autoridades que, de forma irresponsable, los han apoyado. Podemos entrever que su objetivo es continuar bajo la pantalla de los “hechos consumados”. Pero basta revisar los informes que ellos mismos han entregado, por ejemplo a la Superintendencia de Medio Ambiente, para entender que su estrategia no tiene veracidad. El túnel, en sus distintos frentes de construcción, lleva menos de un kilómetro. En otras palabras, el porcentaje de avance del proyecto, indican sus propios trabajadores, estaría por debajo del 20%.

Además de esto, el próximo año se vencen los plazos establecidos en el convenio que mantienen con Aguas Andinas, y una eventual re negociación de esto se dará en un contexto de controversia al desempeño de ambas empresas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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