Señor Director:
Durante los últimos días hemos sido testigos de los casos de lepra en nuestro país, en que la opinión pública ha reaccionado tenazmente. Sin embargo, aparecieron síntomas más graves en la sociedad chilena que no fueron perceptibles durante largas décadas. La xenofobia quedó al descubierto como la enfermedad que no tiene una cura inmediata.
Los fenómenos de migración en todo el mundo son una realidad que no podemos desconocer. Países como Nueva Zelanda, Australia o Canadá han instauraron políticas migratorias con una mirada de largo plazo, que han convivido en la sociedad como un buen ejemplo.
Chile debe aprender a convivir con esta nueva forma de sociedad, donde peruanos, colombianos, haitianos, venezolanos, etc, han llegado para quedarse. ¿acaso no éramos quiénes cantábamos que en Chile se quiere al amigo cuando es forastero? Demos cambiar el paradigma que la xenofobia no tiene cura, porque sí la tiene en la medida que liquidemos los prejucios y otros elementos degenerativos que solo buscan satisfacer una respuesta errónea.
J. Leonardo Agüero S
Estudiante Magister en Relaciones Internacionales PUCV