Señor Director:
Los transgénicos son los cultivos más estudiados de la historia. Hace unas semanas publicamos un completo estudio en la prestigiosa revista científica Plant Biotechnology Journal, en el que se analizan los casos que normalmente utilizan los grupos de interés anti-transgénicos para poner trabas al uso de esta tecnología.
De nuestro trabajo se desprendió que sobre 700 estudios han concluido que los distintos cultivos transgénicos son seguros para su consumo. No obstante, aproximadamente el 5% de éstos han sugerido efectos adversos de ciertos productos específicos. Este porcentaje minoritario es ampliamente publicitado por redes sociales y cierta prensa, olvidándose del 95% restante. Lo que normalmente no se toma en cuenta, es que estos pocos informes se basan en sólo un puñado de productos, muchos incluso en productos que nunca se han comercializado, y se han utilizado para poner en duda a todos los cultivos o productos transgénicos, los cuales para poder ser comercializados deben demostrar previamente su seguridad. Por eso es que los países los regulan. Estos estudios provienen de unos pocos laboratorios y se han publicado en revistas de poca visibilidad cuando uno esperaría que estudios llevados a cabo de manera correcta y con resultados como esos fuesen publicados en las revistas científicas más consultadas a nivel global, donde se exige el rigor científico en las publicaciones.
Lo más relevante, y que explica lo anterior, es que un examen detenido de estos informes muestra invariablemente defectos metodológicos en cada uno de ellos que invalidan cualquier conclusión sobre efectos adversos.
De esta forma, veinte años después del inicio del cultivo comercial de cultivos transgénicos, podemos concluir con certeza que aún no se ha informado de un informe de buena fe que muestre algún efecto adverso para la salud debido a un cultivo transgénico disponible comercialmente.
Miguel Ángel Sánchez
Doctor en Ciencias Biológicas
Director Ejecutivo de ChileBio
