Señor Director:
Recientemente, el candidato Alejandro Navarro declaró en un programa de televisión abierta que las vacunas con timerosal causan autismo en los niños y que tal hecho no sale a la luz debido a una “conspiración” de parte de las farmacéuticas y laboratorios. El candidato aseguró que él ha recibido antecedentes que confirman su postura, pero que no puede revelar cuáles son sus fuentes. Según él, el tiempo demostrará que él está en lo correcto.
En lo personal, no puedo evitar sentir que el señor Navarro está tergiversando la realidad con tal de favorecer su agenda política. Él se está posicionado como una especie de héroe incomprendido que lucha contra un enemigo siniestro que atenta contra la saluda de nuestro país con tal de enriquecerse, pero, en realidad, tal enemigo no existe. Es una estrategia sensacionalista o populista para ganar votos.
Aunque Navarro lo niegue, la comunidad sí ha investigado este tema y ha llegado a un consenso de que el timerosal no tiene relación alguna con el autismo. Tales declaraciones se han hecho a través de la OMS, la FDA y la AAP. Paralelamente, se ha demostrado que el único fin que tiene el timerosal es para preservar las vacunas por más tiempo. De no ser así, los hospitales no podrían tener un stock permanente de vacunas y se verían forzadas a encargarlas cada vez que un paciente las requiera. A su vez, si no se vacunan los jóvenes, enfermedades que yacían erradicadas vuelven a brotar y la salud pública se ve amenazada.
La política es una herramienta que se ve fuertemente complementada por la ciencia. Juntas deben trabajar con tal de lograr el progreso en un país, pero si un candidato en no es capaz de aceptar las verdades científicas y actuar de manera objetiva, ¿qué clase de gobierno hemos de esperar? Navarro ha demostrado estar en contra de las verdades científicas al igual que su deseo de generar miedos infundados con tal de ganar votos, ¿será él un buen candidato a la presidencia?
Tomás López R.
