Publicidad

De la esperanza a la frustración

Por: Juan Carlos Navarrate Muñoz y Claudia A. Rozas González


Señor Director:

Esperamos la visita del Papa Francisco con esperanza. Lo acompañamos en el Parque O´Higgins y por televisión seguimos sus otras intervenciones. Nos entusiasmamos con muchas cosas que dijo y con algunos de sus gestos, dentro y fuera de protocolo. Sin embargo, la presencia permanente del obispo Barros y otros, el gesto poco noble del obispo Juan Ignacio González con una periodista, las palabras del cardenal Errázuriz en el aeropuerto, quien de paso tuvo una participación destacada y lamentable en el caso Karadima, y las palabras finales del mismo Papa sobre Barros, han resultado decepcionantes. Incluso ha habido soberbia del Papa al no pedir disculpas a muchos laicos y laicas de Osorno a quienes trató de «tontos y zurdos». No se trata de que el tema de los abusos sexuales y de conciencia tome el monopolio de la agenda papal, pero es central porque la misma Iglesia se confiesa como Experta en Humanidad y su columna vertebral es la de definirse como una Iglesia de la Misericordia. Lo ocurrido es una bofetada a muchas víctimas y a muchos cristianos católicos que participamos activamente en la Iglesia. Es otro balde de agua fría para muchos creyentes que ya miraban con recelo a la Iglesia Chilena y que por momentos pensaron que el Papa Francisco podría traer aire fresco y ser un motor de cambios. Los mismos jóvenes seguirán sin pisar nuestras parroquias. Las palabras del Papa Francisco nos llevan a cuestionarnos seriamente nuestra pertenencia a una Iglesia que se ha alejado del estilo de Jesús. Un cierre frustrante que salpica toda esperanza.

Juan Carlos Navarrate Muñoz y Claudia A. Rozas González
Catequistas y Miembros Comunidades Laicas Marianistas (CLM)

Publicidad

Tendencias