Opinión
En relación a las opiniones vertidas por el señor Benito Baranda en este medio, quisiera precisar lo siguiente.
En marzo de 2017 SKY anunció su transformación en una aerolínea low cost, asumiendo como principal desafío ofrecer pasajes de avión a precios de bus, permitiendo así que muchas más personas pudieran volar, incluidas cientos de miles que nunca antes lo habían hecho.
Junto con ello, emprendimos una campaña de educación al pasajero, donde informamos detalladamente y por diversos medios cuáles eran las ventajas del modelo low cost y cómo poder aprovecharlas, explicando que la flexibilidad y anticipación con que se adquirieran los boletos constituían dos de los factores para acceder a las tarifas más convenientes.
Personalmente, he tenido el privilegio de ser parte del equipo que ha liderado esta verdadera transformación de la industria aérea nacional, pudiendo comprobar, con orgullo y satisfacción, los grandes beneficios que esta estrategia de reducción de costos y precios ha significado para nuestros pasajeros. De acuerdo a los datos oficiales del INE, en solo un año los precios de los pasajes aéreos bajaron en un 40% aproximadamente, lo que llevó a que el año 2017 el tráfico aéreo alcanzara un récord histórico de más de 22 millones de pasajeros transportados.
Es sabido que todas las empresas se rigen por los vaivenes de la economía, la fluctuación entre la oferta y la demanda y, en el caso de las aerolíneas, por la anticipación con la que los pasajeros van ocupando el avión. En SKY, conscientes del impacto que esto último puede causar en las personas en momentos en que la oferta de pasajes aéreos se ve transitoriamente reducida por la paralización de una empresa de la competencia, decidió, con fecha 11 de abril pasado, intervenir a la baja todas las tarifas de sus pasajes dentro de Chile, estableciendo un tope máximo de $180.000 por tramo, comprometiéndose además a mantener vigentes estas tarifas reducidas durante todo el tiempo en que se mantengan las restricciones transitorias de la oferta.
[cita tipo=»destaque»]Es sabido que todas las empresas se rigen por los vaivenes de la economía, la fluctuación entre la oferta y la demanda y, en el caso de las aerolíneas, por la anticipación con la que los pasajeros van ocupando el avión. En SKY, conscientes del impacto que esto último puede causar en las personas en momentos en que la oferta de pasajes aéreos se ve transitoriamente reducida por la paralización de una empresa de la competencia, decidió, con fecha 11 de abril pasado, intervenir a la baja todas las tarifas de sus pasajes dentro de Chile, estableciendo un tope máximo de $180.000 por tramo, comprometiéndose además a mantener vigentes estas tarifas reducidas durante todo el tiempo en que se mantengan las restricciones transitorias de la oferta.[/cita]
En consecuencia, responsabilizar a SKY por la pérdida de la confianza de las personas con las empresas y compararlo con el caso de las colusiones que protagonizaron otras compañías, constituye un acto no solo muy injusto sino profundamente irresponsable. Injusto, porque si SKY decidió voluntariamente intervenir sus precios nivelándolos hacia abajo fue precisamente para apoyar a los miles de afectados por la huelga de otro operador, lo que dista muchísimo del aprovechamiento empresarial que se nos ha endosado. E irresponsable, pues daña gratuitamente y sin ninguna base la imagen de una industria y la reputación de una empresa que han demostrado ser tremendamente competitiva, ensuciando, de paso los esfuerzos que hemos hecho y seguiremos haciendo para que todos puedan volar a precios accesibles.
En lo que a SKY respecta, seguiremos trabajando no solo para que más personas puedan volar, sino que nos esforzaremos en comunicar más y mejor las características del modelo low cost, para evitar que se emitan comentarios desinformados que no se ajustan en nada a la realidad y mucho menos, al espíritu de la compañía.
