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Mujeres hinchas y feminismo

Por: Francisca Díaz Zúñiga


Señor Director:

El feminismo como expresión de solidaridad y amor, manifiesta que es necesario generar un cuestionamiento a todos los aspectos de la vida de las personas. No sólo es una tarea que nos compete a las mujeres, que por cierto debemos reivindicar nuestros espacios de lucha y de poder. Sino que, es necesario que los hombres tomen conciencia de la necesidad de generar un cambio social, producto que son quienes finalmente generan la violencia contra nosotras.

¡Compañera, en el estadio hay violadores! Pasará a ser un acto de lucha y de reivindicación por todas aquellas que compartimos ese contexto de poder. El estadio entendido como un mecanismo de dominación de la masculinidad, es un lugar de encuentro en el cual se celebra uno de los hechos más significativos para los hombres. El fútbol como deporte, se consolida como un dispositivo que proyecta y sitúa el nacionalismo como un mecanismo de dominación de los cuerpos, los tiempos y los sitios. Históricamente, es una actividad en la cual los hombres se desenvuelven y sueñan con llegar a ser grandes futbolistas. Además, si evidenciamos el comportamiento al interior de las barras de fútbol en Chile, se vive esa misma lógica.

Las hinchadas manifiestan una serie de comportamientos en los cuales se logra evidenciar una brecha y disputa entre lo masculino y lo femenino. Quienes formamos parte de este contexto, comúnmente debemos luchar con distintos estereotipos y hechos en los cuales nos vemos expuestas. Si bien, la situación vivida por la mujer de 28 años, que solo caminaba y fue violada por cinco sujetos de Universidad de Chile, se devela como el primer caso que sale a la luz pública, esto no quiere decir que sean cosas que no ocurren.

Quiero insistir y recalcar la idea que cada hinchada de fútbol es un mundo en sí. Que si bien, están compuestos por simpatizantes y personas que dedican su vida a seguir al club, de igual forma, hay dinámicas que se repliegan de la sociedad en la cual vivimos. El hecho de viajar por una camiseta, la situación de tener que estar en un espacio sumamente masculinizado, compartir dinámicas entre hombres y mujeres, ha situado a la hinchada como un campo de disputa, asumiendo que el fútbol tiene un lenguaje propio que se replica tanto dentro como fuera de la cancha.

Las mujeres en la historia de Chile han estado relegadas al espacio de lo privado y del hogar, han asumido una construcción de lo femenino en el cual, el habitar y transitar por otros espacios supone una nueva denominación. Si bien este caso de violación, no responde a una mujer hincha, debemos detenernos en pensar qué es lo que finalmente sucede dentro de un estadio. Desde los cánticos que aluden a terminologías tales como: “poner huevos, de pendejo te sigo, me culeo a” asume la masculinidad como un enjambre de simbolismos que operan al momento de alentar al equipo: eso compañeras, lo debemos destruir.

Mujeres hinchas, debemos hacernos sentir, hacernos respetar, hacer valer nuestra posición dentro de un estadio, en el cual, cada vez somos más. Sea del equipo de fútbol que sea, hay que romper con el micro machismo que se da en la vida diaria de las personas. Y en este caso, el fútbol y la hinchada como un territorio en disputa es un paso gigante para comprender que aunque no tenga “huevos” puedo alentar igual, y por eso, no debemos aceptar y tenemos que denunciar todo tipo de acción en la cual mi libertad y mi propia integridad se vea vulnerada o violentada. Porque entiendan, la revolución femenina llegó para quedarse porque simplemente, nos aburrimos de estar calladas.

Francisca Díaz Zúñiga

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