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Admisión Justa: las verdaderas preocupaciones de los chilenos en educación Opinión

Admisión Justa: las verdaderas preocupaciones de los chilenos en educación

Francisca Pinto y Nicolás Campos
Por : Francisca Pinto y Nicolás Campos Investigadores de Espacio Público
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En los últimos meses hemos visto al gobierno poniendo en tela de juicio al sistema de admisión escolar que se encuentra aún en proceso de implementación, argumentando que el mérito debiera ser el factor más importante en un proceso de admisión y selección en los colegios públicos. Con ello, el proyecto “Admisión Justa” buscar refutar una política pública que no ha terminado de implementarse, y que, por lo tanto, aún no tenemos real conocimiento de su impacto y resultados. Preocupa que la difusión del nuevo proyecto deje de lado la evidencia nacional e internacional, y no se enfoquen los esfuerzos en reforzar los actuales establecimientos y sus profesores y profesoras para enfrentar la diversidad de estudiantes que puedan recibir.

Según los resultados recién publicados de la encuesta “Chilenas y chilenos hoy: desafiando los prejuicios, complejizando la discusión”, realizada por Espacio Público e Ipsos, las dos principales preocupaciones de los padres respecto a la educación de sus hijos e hijas tienen relación con el ambiente escolar. El 60% de los encuestados señala el posible uso de alcohol o drogas en los establecimientos como su principal preocupación, seguido por un 54% que apunta al hostigamiento escolar (bullying). Con un porcentaje mucho menor (24% e inferiores), se encuentran la preparación de los estudiantes para entrar a la universidad o la calidad de los profesores, factores más asociados a la calidad académica en sí misma.

Los resultados también revelan que el 84% de las familias con niños y niñas en edad escolar evalúa como buena o muy buena la educación que reciben sus hijos e hijas, mientras que un 83.5% de los encuestados está de acuerdo con que los colegios debieran ser integrados por gente diversa, donde convivan estudiantes provenientes de todas las clases sociales.

Los datos anteriores sugieren, al menos, dos elementos: en primer lugar, lo que hoy los padres entienden por establecimientos de calidad para sus hijos e hijas va mucho más allá de lo que comúnmente se discute en el debate público. Las preocupaciones de los padres sobre la educación son complejas y consideran elementos tales como el ambiente escolar, entre otros. En segundo lugar, se observan fuertes preferencias por parte de los padres y apoderados hacia la inclusión y diversidad social en el sistema escolar. La inclusión hoy no es simplemente un eslogan, sino que, al contrario, es fuertemente valorada por los padres al momento de elegir los establecimientos.

El actual Sistema de Admisión Escolar toma justamente estos dos elementos y los viabiliza a través de un procedimiento que dota a todos los padres con las mismas posibilidades de elegir el establecimiento educacional para sus hijos e hijas, eliminando las prácticas discriminatorias y evitando que los establecimientos elijan a los alumnos por criterios no objetivos definidos previamente. Al contrario, el proyecto “Admisión Justa” desconoce de frente las preferencias de los padres, además de ser una forma poco adecuada de hacer un correcto seguimiento a políticas públicas que buscan impactos de largo plazo.  

Este proyecto de ley debe ser una invitación a complejizar el debate en torno a la implementación de políticas públicas en nuestro país. Es necesario elevar los estándares y enfocarnos en hacer recomendaciones basadas en la evidencia y en lo que, según arrojan los datos, preocupa realmente a los padres con respecto a la educación de sus hijos e hijas: la inclusión e integración, y el trabajo al interior de los colegios para mejorar la convivencia. Vale la pena, entonces, enfocar los esfuerzos en cómo nos relacionamos, más que con quién nos relacionamos al interior de la comunidad escolar.  

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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