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El Maullín (por ahora) puede seguir fluyendo tranquilo Opinión

El Maullín (por ahora) puede seguir fluyendo tranquilo

Edison Ortiz González
Por : Edison Ortiz González Doctor en Historia. Profesor colaborador MGPP, Universidad de Santiago.
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El pasado 25 de marzo, el comité técnico del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Los Lagos, que incluye a diversos servicios públicos involucrados en la decisión sobre la viabilidad del proyecto hidroeléctrico El Gato, que partía el río Maullín en dos, secando una parte de su lecho, y que era objeto de diversas críticas de medioambientalistas, historiadores, comunidades locales y vecinos, no dio el pase para la concreción de la cuestionada central de paso.

Curiosamente la decisión sobre el lugar y hora en que se votaría el proyecto no estaba anunciada en ninguna agencia pública. Si se rumoreaba que el día de la votación las comunidades preparaban funas y protestas contra el proyecto en las dependencias del SEA. El tema que alcanzó connotación nacional por las publicaciones realizadas por el Mostrador, lo que incluyó el respaldo de personalidades como el premio nacional de historia Gabriel Salazar y diversas figuras públicas, se votó en una pieza hedionda y oscura.

Sin embargo, con mucha alegría, los vecinos de la Ribera del Río Maullín recibieron la noticia que el comité técnico del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) Región de los Lagos, puso, anticipadamente término al proyecto Central Hidroeléctrica de pasada El Gato nuevamente.
En columnas anteriores pusimos de manifiesto la irracionalidad ambiental de la iniciativa que no solo destruía el patrimonio histórico del sitio, cuna de la humanidad americana, sino ecosistemas completos.

Por cuarta vez, las comunidades de Maullín, Puerto Montt, Llanquihue y Puerto Varas lucharon por evitar la instalación de esta Hidroeléctrica que solo habría destruido un ecosistema único.

La decisión del SEA es sólo el comienzo de un gran trabajo que se avecina para las comunidades locales que, hoy, son más conscientes del valor del río para los ecosistemas que allí habitan. El desafío, de aquí en adelante, y dado que, en la flexible ley ambiental chilena, el proyecto puede ser presentado las veces que se quiera, las comunidades locales deben trabajar para que lo antes posible el Río Maullín sea declarado Santuario de la Naturaleza. Comienza el trabajo de profundizar lo que ya se comenzó a hacer: educar a los vecinos e instituciones. Recordemos que el ministerio de Medioambiente nombró al Río como sitio prioritario de conservación.

Sin embargo, la buena noticia no puede esconder, para los habitantes y autoridades del entorno del río, algunos episodios que no dejan de sorprender dado el carácter dado que se podrían repetir en el futuro, si la iniciativa vuelve a presentarse como ya ha sucedido.

Recordar, por ejemplo, que, el día 29 de enero pasado, el SEA recién envió oficio a los servicios públicos que participarían de ña decisión sobre la iniciativa que contenía cerca de 54 tomos y miles de hojas, para que realizarán observaciones al proyecto de la central hidroeléctrica. Sin embargo, el día 1 de febrero, solo dos días más tarde, el Seremi de Vivienda y urbanismo Los Lagos, Rodrigo Wanraight Galilea, ex Chico reality, Abogado con magíster en Medioambiente, se declaró conforme con el proyecto evidenciando una capacidad de lectura y análisis notable pues en apenas un par de días su equipo no solo leyó, sino también analizó y evaluó un proyecto de miles de páginas.
Aunque el anterior no fue el único hecho anecdótico de los servicios públicos que estaban encargados de mejorar y preservar el medioambiente local.
La Seremi de Energía encabezada por Tomás Bollinger Folkerts también se pronunció conforme, siendo esta seremi importante dentro de la evaluación.
Por su parte, el Seremi de Agricultura, Vicente Barrientos Espinoza también se pronunció a favor rápidamente.
Surge la duda si efectivamente, ¿las autoridades que se pronunciaron tan rápidamente conocieron realmente la realidad en terreno de la ribera del río, en especial la del sector de Paraguay chico? ¿Habrán salido a terreno? ¿Tuvieron la información del sector actualizado para la decisión que votaron?

El Oficio del SEA mencionaba día 12 de marzo como plazo para entregar las observaciones, pero la CONADI, el Servicio nacional de Turismo (Sernatur), la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el Ministerio de Transportes y telecomunicaciones, el Consejo de Monumentos Nacionales hicieron observaciones, pero fuera del plazo legal. Por lo cual la empresa patrocinadora del proyecto no estaba obligada a responderlas.

A su vez, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) encabezada por Álvaro Loma-Osorio Basterrechea envió oficio de no participación en la evaluación. La Dirección regional de Pesca y Acuicultura de Rafael Hernández Vidal sencillamente no presentó observaciones ni se excusó de la participación. Lo mismo sucedió con la Ilustre Municipalidad de Llanquihue que encabeza el Alcalde Víctor Angulo Muñoz, que tampoco o presentó observaciones ni oficio que justificara su ausencia, pese a que, allí se origina el río y que sería una de las comunas directamente afectada por el proyecto. Lo anterior, es sumamente grave pues, ¿no tipifica como un caso de notable abandono de deberes del edil?

Llanquihue, la comuna donde nace el río Maullín, forma parte de la mesa de Humedales, compuesta por servicios públicos, ONG’s, empresas que de verdad se comprometen con el cuidado de nuestra tierra. Además, Llanquihue tiene muchos humedales urbanos que por medio de fundaciones son protegidas y se educa a los niños y habitantes de esa comuna en su cuidado. La comuna también era parte de la zona de influencia del proyecto, pero su máxima autoridad comunal prefirió omitirse en tan significativa decisión.

Lo anterior permite reflexionar sobre una ley mal confeccionada que obliga a presentar toneladas de papel al momento de evaluarse y que, los incumbentes, servicios públicos, sea por tiempo, sea por inercia, o por compromiso político, pueden concluir afectando directamente a miles de vecinos del emblemático río.

Podría, incluso suponerse que, a muchos servicios, y sus respectivas autoridades, no les interesa la calidad de vida de los vecinos. Otros personajes que se muestran muy activos en tiempos de campaña electoral, que nos colman con discursos populistas, pero que al momento de concretizar esa voluntad política se corren literalmente. No podrán luego a decir en campaña que defienden el medioambiente cuando al momento de manifestarse, se omitieron.

Mención aparte para los honorables de la zona, diputados y senadores por la región como Bernales, Santana, Alvarez, que brillaron por su ausencia en la defensa del río. Ni hablar de Iván Moreira a quien funaron en una actividad en que se encontraba presente el premio nacional de historia, Gabriel Salazar, y quien, apenas unos días antes de la decisión final envió carta al diario El Llanquihue manifestándose en contra del proyecto, luego de un largo silencio, como si lo hubiesen dateado de antemano, sobre el carácter de la decisión final que tomarían los servicios públicos involucrados.

Pero también los actores locales que en términos salazarianos, se levantaron contra “lo global”, deben estar contentos. La decisión parcial sobre el proyecto – que podría presentarse nuevamente – salvó no solo ecosistemas, sino unos de los patrimonios históricos de la humanidad que, esperamos, sea revalorizado, por las autoridades locales, y no solo quedé en manos de iniciativas privadas, como el notable esfuerzo que está haciendo Leopoldo Pineda en torno a Monte Verde, sino que, ahora sea de interés público.

Esta vez, aunque sea de manera parcial, han ganado, los buenos, lo que se suma a los esfuerzos que hace en O’Higgins, por ejemplo, La Agrupación Bosques para Cachapoal, que ha paralizado diversos proyectos que atentaban contra el medioambiente y la preservación de las comunidades locales.
La historia ha comenzado a dar un giro, y esta vez, han ganado los buenos.

Los vecinos y actores locales, esperan que no les vuelvan a vender por quinta vez, “Gato por Liebre” o gato por energía para las mineras y grandes empresas del SIC a costa de sus recursos naturales. Dicen que, desde ya, estarán atentos. Por ahora, seguirán luchando por limitar con la sanitaria local – ESSAL – para que ésta disminuya la contaminación de sus aguas mal tratadas y que desembocan directamente en el Maullín y sus afluentes.

Por ahora, el Maullín – el “lleno de agua” en lengua mapuche – fluye tranquilamente, libre de Centrales Hidroeléctricas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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