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El abandono como patrimonio

Por: Ramón Castillo


Señor Director:

El Mural paso bajo nivel Santa Lucía realizado por los artistas Eduardo Martínez, Carlos Ortúzar e Iván Vial en el año 1971, ha producido un enfrentamiento de posiciones respecto de la naturaleza y sentido de la obra. Sin embargo, mientras esto ocurre, hay un desfase conceptual y temporal entre la Licitación Municipal, los especialistas y defensores del mural, las reglamentaciones, las instituciones implicadas y la protección de la obra de arte. Al abandono y deterioro que ha sufrido la obra por tanto tiempo, se ha sumado la falta de recursos para una adecuada restauración y también un peligroso vacío legal, puesto que la obra de arte no ha sido aun reconocida como Monumentos Patrimonial por el Consejo de Monumentos Nacionales.

El segundo caso de deterioro, es el de una obra de arte realizada por Nemesio Antúnez. Es un mural que está a unas cuadras del paso bajo nivel, en calle Huérfanos, en la Galería Huelén. Tras ingresar por el pasillo, avanzamos sobre el suelo revestido con una serie de figuras cerámicas inspiradas en la Cerámica Quinchamalí (1958) que rematan en el mural, del consagrado artista nacional que retrata como esas figuras del suelo ahora están en el interior de la tierra candente, donde el infierno parece fijar la forma y el negro característico de las piezas. Toda esta épica, sustancial para la cultura chilena ha quedado a merced de la humedad y las grietas ante la indiferencia de privados y públicos que puedan recuperarlo a tiempo.

¿Será posible ante esta paradoja, que el deterioro de la memoria artística se convierta involuntariamente en un sello patrimonial de nuestra ciudad?

Ramón Castillo
Director Escuela de Arte
Universidad Diego Portales

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