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Por una nueva Constitución del Trabajo

Por: Leonardo Holgado V


Señor Director:

Los dos meses de revuelta popular en contra del orden constitucional pinochetista han dejado como uno de sus resultados provisorios el relevamiento de la participación de la ciudadanía como condición básica para que los destinatarios del poder se sientan legitimados para involucrarse en los destinos de la sociedad en su conjunto. El punto crítico de este nuevo escenario es evidentemente la forma cómo el Estado, en tanto representación de la voluntad colectiva, es capaz de procesar el conflicto social permanente que hay detrás de la escenografía institucional, para no caer en el largo plazo en detonaciones sociales violentas, que además desnudan la distancia, incluso ‘cognitiva’, de las élites con respecto a los cambios culturales de la realidad en que la vive la mayoría del pueblo.

En este sentido, en el ámbito de las relaciones de trabajo debe reiniciarse la discusión que fue suspendida por Pinochet con la promulgación de los Decretos Leyes números 2.200, 2.201, 2.756, 2.757, 2.759, 2.950, 2.977, emitidas por la Dictadura entre 1978 y 1979, conocidas como Plan Laboral, los cuales vinieron a impedir la promulgación del proyecto del ala Corporativa del Régimen conocida como “Estatuto Social de la Empresa” y aprovechar de demoler completamente el desarrollo de las experiencias de participación colectiva de los trabajadores previas al golpe de 1973. Resulta importante comprender que el antiguo orden laboral basado en la participación social, política y económica del factor trabajo estimulaba su compromiso en la gestión productiva de la empresa, resolviendo un fenómeno de crisis social bastante similar al que vivimos en nuestros días, razón por la que el Derecho del Trabajo debe aportar con su experiencia histórica en favor de una transformación social profunda que restituya los legítimos derechos a la Participación, la Organización y al Conflicto Colectivo a las organizaciones de trabajadores, para que una nueva democracia solidaria pueda surgir desde el lugar donde quienes vivimos de nuestro esfuerzo pasamos mucho más de un tercio de nuestras vidas reales.

Saludos atentos,

Leonardo Holgado V., abogado laboralista.

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